– El titular de Consumo incurre en una imprudencia máxima y grave irresponsabilidad en sus declaraciones pues temas de vital importancia y trascendencia para el sector ganadero, como son el futuro de la ganadería en España y el modelo de producción, el consumo de carne en una dieta sana y equilibrada o el cambio climático, deben realizarse con la máxima seriedad y rigor y no criminalizando a las miles de familias del sector ganadero.
– No estamos de acuerdo en la afirmación de que comer menos carne jugará un papel clave para ayudar a España a mitigar los efectos de la emergencia climática, frenar el proceso de desertificación y proteger su vital industria turística. Desde COAG no entendemos por qué centra la crítica en la carne cuando es notorio y real que hay otros sectores económicos que generan más gases de efecto invernadero que el propio sector ganadero, caso de las grandes multinacionales del transporte y las poderosas compañías energéticas.
– Poner en cuestión el nivel de bienestar animal en la ganadería es dudar de la reglamentación europea en este ámbito, considerada la más exigente del mundo. Las palabras del Ministro en que las que sugiere “que se coma menos carne y que esta se aseguren que sea de buena calidad”, es un debate que requería dejar claro por parte del Ministro que toda la carne que se produce en España cumple con la normativa de calidad y seguridad alimentaria.
– Echamos de menos que el Ministro Garzón, dentro del Gobierno, cuestione las importaciones de carne que llega de terceros países y que no cumple con las mismas exigencias que nosotros y que genera muchas más emisiones y problemas sobre el cambio climático. En un ejercicio de coherencia, debería haber rechazado la posición de su gobierno sobre el apoyo al tratado de libre comercio con Mercosur que va a generar muchas mayores importaciones de carne y que va a generar un fuerte impacto al sector ganadero, sobre todo al modelo más sostenible de ganadería.
– Pedimos al Ministro Garzón que más que opinar, se comprometa, dentro del Gobierno, a que se abran las mesas necesarias para tratar estos temas y que antes de opinar de un sector concreto recoja datos suficientes y contrastados para que el mensaje que trasmita no deje en evidencia su falta de conocimiento y sensibilidad hacia un colectivo tan importante como el de las miles de familias que sustentan los diferentes sectores ganaderos españoles.