Bill Gates, Leonardo di Caprio, el Real Madrid y otros referentes sociales se apuntan a un fenómeno que bautizan de ecofriendly, vegano o ecotariano aunque escasamente veraz en lo concerniente a la carne puesto que la ganadería genera una huella contaminante nimia en relación a otras industrias.
La asociación de industrias cárnicas dice que en España ni se venden ni se etiquetan como carne estos productos pero COAG ha descubierto que sí se hace: sin ir más lejos, en la web de Meatless Farm, la firma que patrocina al Real Madrid
Valladolid, 11 de mayo de 2021. Con la NASA llegó el escándalo. La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio norteamericana, por sus siglas en inglés, comenzó a experimentar con carne in vitro para procurar comida a los astronautas y las empresas tomaron muy buena nota del invento. Hoy, firmas como Beyond Meat o Impossible Foods, con sede en Silicon Valley, fabrican carne sin carne, con pingues beneficios en sus cotizaciones bursátiles.
Y el fenómeno se expande porque referentes mediáticos como Bill Gates, Leonardo de Carpio o el mismo Real Madrid se han apuntado al carro con argumentos ecotarianos o veganos o ecofriendly, que pretenden argüir sin base científica que estos alimentos son limpios y no contaminan frente a los productos cárnicos tradicionales.
Los sociólogos sostienen que en el fondo del problema se aloja la existencia de un público joven más entusiasta que formado, al que enganchan estas modas y que está haciendo nicho en los mercados. Tanto, que incluso las cadenas ancestralmente adeptas a la carne como Burger King se están pasando al enemigo. Ya sirven carne falsa en sus menús.
Todo ello infringe un daño comercial y de imagen a la carne tradicional que desemboca en una serie de premisas falsas: la ganadería contamina enormemente, la carne no es saludable. Hasta el punto en que el número de granjas se desploma irremisiblemente cada año. La existencia de la ganadería peligra.
Por todo ello, COAG CASTILLA Y LEÓN exige al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que inicie los trámites y la vigilancia necesarios para lograr que la denominación carne vaya solamente asociada al producto generado en las ganaderías tradicionales. Y que el resto de producciones lleven los pertinentes términos aclaratorios para la información de los consumidores, como sucedáneo, o falso, o adulterado, o fingido, que es en realidad lo que son. Las regulaciones sobre estas materias se contemplan en el reglamento sobre higiene de alimentos de origen vegetal, la normativa europea sobre etiquetado (Reglamento 1169/2011) y el Real Decreto que define en España qué es un derivado cárnico (R.D. 474/2014).
ANICE, Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España, ya se ha ocupado de este asunto y ha anunciado (recoge www.xataca.com) que “en España y probablemente en la Unión Europea (UE) no será posible etiquetar como carne, ya que la normativa de la UE define como tal las ‘partes comestibles de los animales, incluida la sangre’”. Y continúa: “No sería posible en España comercializar estos productos con la etiqueta carne. Creemos que ninguna empresa está vendiendo este tipo de productos” en España.
Sin embargo, COAG CASTILLA Y LEÓN ha constatado que sí se está vendiendo y que sí se está utilizando el término carne para referirse a estos sucedáneos.
Sin ir más lejos, la firma Meatless Farm, patrocinadora del Real Madrid, ofrece en su página web www.meatlessfarm.com “carne de vacuno vegetal”, “carne de cerdo vegetal” y “carne de pollo vegetal”. Y sobre una bandera española kilométrica, ubica esta frase: “ya disponible en España. Pulsa en los logotipos para comprar”. Y los logotipos corresponden a 12 tiendas de comida vegana entre ellas, Veggie Room, situada en la calle Vicente Ferrer de Madrid, u Only Vegan situada en Chueca, barrio también madrileño o Vegacelona, en Barcelona. En estas tiendas se puede comprar, por ejemplo, una barqueta de 400 gramos de Carne Picada The Meatless Farm, cien por cien origen vegetal, por 6,30 euros.
COAG CASTILLA Y LEÓN exige también a los ministerios de Sanidad y de Consumo que aclaren si estos productos que se hacen pasar por cárnicos son efectivamente aptos para el consumo. No en vano, el producto referido ha estado bajo los microscopios de la FDA (organismo para la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) por ser potencialmente alergénica.
COAG reitera una vez mas que las acusaciones contra la producción cárnica carecen de base científica. Se ha demostrado que la emisión de gases a la atmósfera solo es ganadera en un 5 por ciento, o sea, una cantidad ínfima. Y que la alimentación recomendada por los expertos incluye una ingesta periódica de carne por sus valores proteicos.