SILVIA G. ROJO/ARTÍCULO/ EL NORTE DE CASTILLA/-. Tras 17 años como coordinador regional de COAG, la salud le ha retirado de la primera línea del sindicalismo desde donde siempre ha defendido, con muy buen talante, el modelo familiar agrario
«Dime, maja». Con esas dos palabras a las que deben poner una marcada cadencia salmantina, ha respondido Aurelio Pérez durante años las llamadas de quien suscribe estas líneas. Aseguro que no han sido pocas y que nunca ha faltado la paciencia para explicar y dar sentido a todo lo que, a pesar de las circunstancias, sigue defendiendo.
No ha sido la falta de ganas o de apoyos la que ha retirado a Aurelio Pérez de la actividad sindical, sino que es una enfermedad la que marca el punto final o, el punto y seguido, depende de cómo se quiera mirar, a 17 años como coordinador regional de COAG. «He tenido que tomar una decisión que no voy a ocultar que me cuesta, pero es imprescindible». Esas fueron las primeras palabras que Aurelio dirigió a las personas que se dieron cita en un lugar tan emblemático como el Recinto Ferial de Salamanca para conocer de su propia voz los motivos que le han llevado a dejar el sindicalismo agrario. Una noticia que hizo oficial cuando el mes de julio se despedía.
«La vida te pega malas pasadas, cinco años he luchado contra un cáncer de próstata que tenía superado y ahora me he encontrado con otra situación que no me permite seguir con las labores de coordinador regional ni desarrollar estas funciones que te generan estrés, trabajo y viajes». Ahora llega el momento de parar, de seguir con su explotación de vacuno de leche en Larrodrigo y de centrarse en la familia en un momento en el que, asegura, «me siento tremendamente satisfecho del trabajo que hemos hecho», declaró a este medio.
Asegura que durante estos años ha defendido un discurso «en el que plenamente he creído», y no es otro que el de la defensa de las explotaciones agrarias familiares y los agricultores a título principal. Considera que hizo un «buen trabajo» en la Cámara Agraria de Salamanca «mientras tuvimos presupuesto», al tiempo que mostró su «orgullo» cuando se consiguió salvar la Feria de Ganado de Salamanca después de que el certamen viviera un momento crítico que hizo peligrar su continuidad.
El jurado de los Premios del Campo 2021 ha considerado oportuno introducir de manera extraordinaria en la octava edición de estos galardones una mención especial para este salmantino, «protagonista indiscutible de la historia reciente del sector agrario castellano y leonés, siempre desde la defensa de sus profesionales, con posturas firmes, pero en las que primó siempre el diálogo como salida a la negociación en conflictos, lo que le ha valido el reconocimiento global indiscutible dentro y fuera de su organización agraria».
Una organización, ‘la COAG’, que le despide con un «hasta pronto, compañero», y desde donde se muestran convencidos, y así lo escriben, de que «los buenos, lo lloran; los malos, lo celebran. Cierra su etapa de ‘oenegesista’, de Alto Comisionado de Ayuda al Campesino. Se va con él esa manera de hacer grupo tan personal, tan lorquiana: «blando con las espigas, duro con las espuelas, tierno con el rocío».
El campo siempre va a estar ahí y estoy convencida de que el teléfono permanecerá abierto para cualquier conversación que merezca la pena. Por eso, ¡hasta pronto, majo!.