Se vienen celebrando en estos últimos días varios encuentros internacionales al más alto nivel, Cumbres de primeros ministros, que nos dejan a casi todos con una cara de perplejidad, sobre todo por los resultados y nos lleva a plantearnos si sirven para algo. Foto de Davos, después G-20, con mucha foto en la Fontana de Trevi, pero nada concreto.
Me imagino el doble discurso de nuestros líderes: uno entre ellos mismos hablando de economía y comercio, el otro en sus países, más social y un poco más humano. En Davos se comprometen a construir un mundo más sostenible e inclusivo, digitalización, bla, bla, bla.
El G-20 más de lo mismo. Pero llega la cumbre del clima en Glasgow y consiguen un documento in extremis, un compromiso para descarbonizar el planeta, pero un fracaso, en definitiva. Sin China ni Rusia en la cumbre y sin que se comprometan a nada los países más contaminantes. La Unión Europea (UE), poco puede hacer. Salvo que ahora USA si ha asistido, aunque poca más se ha avanzado.
Y ahora queda lo más divertido. La cumbre de la OMC. Estoy expectante para ver qué tipo de soluciones nos dan nuestros líderes a esta crisis mundial que nos acecha. Al fin y al cabo, ellos son nuestros dioses del Olimpo.
Con la pandemia se ha descubierto muchas cosas. Entre ellas que la deslocalización de la producción en la UE fue un error, y que lo estamos pagando caro. Que el libre comercio, siempre defendido por la OMC, no es tan libre.
Hay bloqueos comerciales, vetos como el ruso, subidas enormes de aranceles, etcétera. Y en medio de todo esto, nos ha pillado a los agricultores y ganaderos reconocidos como estratégicos, pero se dejan abandonados a su suerte a los ganaderos, con unos costes imposibles de aguantar y a muchas explotaciones en serias dificultades económicas para seguir adelante.
Estaremos pendientes de las conclusiones que la OMC nos dicte para afrontar nuestros problemas. Pero a ver si nos vienen con lo de siempre: “Que tenemos que ser competitivos en este mundo globalizado e inhumano”. Entonces volverán muchas empresas que se fueron a Asia y desaparecerán muchos ganaderos y agricultores; la producción de carne y leche se deslocalizará, y a otra cosa.
¿Pero no habíamos hecho esto antes y fue un tremendo error?
Se ve que con la pandemia no hemos aprendido nada.
Por Lorenzo Rivera, Coordinador de COAG CASTILLA Y LEÓN