COAG denuncia el “golpe a la transparencia alimentaria” aprobado en el Parlamento Europeo por un sólo voto

Sáhara Occidental

La UE abre la puerta a borrar el origen real del Sáhara Occidental en frutas y hortalizas, contradiciendo sentencias del Tribunal de Justicia Europeo y sembrando inseguridad jurídica.

Esta organización pedirá explicaciones a los europarlamentarios españoles que votaron a favor o se ausentaron de la votación. “Es inaceptable que se plieguen a los intereses de Marruecos en detrimento de los consumidores europeos y los agricultores españoles”.
Aún queda la ratificación definitiva de la revisión del etiquetado de frutas y hortalizas y desde COAG seguiremos trabajando para que la voz de los agricultores sea atendida.

 

Madrid, 25 de noviembre de 2025.

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) critica a los eurodiputados y eurodiputadas que han avalado la inaceptable propuesta de la Comisión para cambiar las normas de etiquetado europeas de frutas y hortalizas[1].

“Ayer asistimos a una de las decisiones más preocupantes que ha tomado el Parlamento Europeo en materia de consumo alimentario y agricultura. Una votación que ha salido adelante por un solo voto… y que evidencia la fragilidad de una propuesta legal que, directamente, engaña a millones de consumidores europeos”, ha indicado Andrés Góngora, miembro de la Comisión Ejecutiva de COAG. “En todo caso, seguiremos trabajando para tumbar la revisión de este acuerdo de la UE con Marruecos. Aún queda la ratificación definitiva de esta revisión y confiamos en que nuestra voz sea atendida.”

Votación

Con la votación de hoy en el Parlamento Europeo ha quedado patente una cuestión: la gran inseguridad jurídica que contiene la propuesta de la Comisión Europea. El rechazo a dicha propuesta sobre el etiquetado no se ha aprobado por un único voto y la mayoría de eurodiputados, de todas las familias políticas, ha votado a favor, aunque no se haya alcanzado la cifra necesaria. Este reglamento y el acuerdo UE-Marruecos volverá a ser judicializado y tumbado por los tribunales, por la debilidad de las argumentaciones y disposiciones legales que se han aprobado. Nuestros posicionamientos están plenamente fundados y cada vez tienen más calado sobre los europarlamentarios y las instituciones europeas. Esto tendrá efecto y seguiremos trabajando para conseguir nuestros objetivos.

En todo caso, la incertidumbre de las importaciones de las producciones del Sáhara Occidental continúa y se acrecienta. Los operadores y grandes empresas que producen allí siguen sembrando dudas sobre sus productos, que continúan bajo la sobra de la sospecha, más si cabe cuando son las propias autoridades marroquíes las que han quedado encargadas del control de estas importaciones.

El resultado de la votación de hoy en el Parlamento Europeo es malo para los productores y productoras, pero también para las personas consumidoras de la UE. Por eso, y pese al resultado ajustado, desde COAG seguiremos defendiendo con firmeza el etiquetado claro, la legalidad europea y los derechos de agricultores, ganaderos y consumidores. Lo que está en juego es la transparencia, la seguridad jurídica y la integridad de nuestro sistema alimentario. Seguiremos vigilantes y trabajando para proteger al sector agrario europeo y a quienes compran con confianza los alimentos que llegan a sus hogares.

Contexto

Con la decisión adoptada se pretende borrar el país de origen en el etiquetado de frutas y hortalizas procedentes del Sáhara Occidental. ¿El objetivo? Favorecer a grandes empresas que operan en el territorio ocupado y satisfacer las exigencias de Marruecos.

Lo que se votaba no era un tecnicismo. Era decidir si Europa permite que un tercer país influya en nuestras normas internas de consumo, y si aceptamos normalizar la desinformación en el etiquetado alimentario.

La propuesta de la Comisión, avalada ahora por el Consejo y el Parlamento, contradice sentencias vinculantes del Tribunal de Justicia de la UE, que ha sido claro: el Sáhara Occidental no forma parte de Marruecos, y así debe indicarse en los productos. Además, crea un precedente peligrosísimo: mientras la producción europea debe etiquetarse siempre con el país de origen, las importaciones podrían hacerlo con regiones inventadas a conveniencia, generando competencia desleal.

Pero lo más grave es que se reconoce abiertamente que esta excepción es fruto de negociaciones con Marruecos. Es inadmisible que la Comisión Europea negocie con un tercero la aplicación de una sentencia del TJUE y que se permita ocultar el verdadero origen de los productos al consumidor europeo.

[1] https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/PV-10-2025-11-26-RCV_FR.html#181951#976502