Los lobos devoran cuatro potros en una granja de Espinosa de los Monteros, en los últimos días, lo que confirma el imparable crecimiento de ataques a las ganaderías de la zona

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El ganadero de bovino y equino, Pablo Peña, ha tenido que refugiar a las reses en una huerta en medio del pueblo, después de que el depredador se haya cebado con su ganadería y le haya matado once animales a lo largo de verano. Pablo se plantea abandonar la actividad ganadera

La Alianza UPA-COAG denuncia que la inacción de la Junta desde la inclusión del lobo en el LESPRE ha colocado la labor pecuaria al borde de la supervivencia

Los ganaderos se quejan de que la presencia de estos cánidos aumenta irremisible y paralelamente al aumento de su protección por parte del MITECO

 

Valladolid, 22 de septiembre de 2022.- Pablo Peña, ganadero de vacuno y equino de Espinosa de los Monteros (Burgos), está sufriendo una situación insostenible a causa de los ataques de los lobos. El pasado viernes 9 de septiembre, los cánidos se presentaron en su granja y devoraron un potro de seis meses y 180 kilos de peso. Tan solo unos días después, el miércoles 14 de septiembre, los lobos acabaron con otros tres potros más. Desde el comienzo del verano, Pablo Peña ha visto como el depredador ha matado a once animales de su ganadería. En el norte de Burgos, los lobos se están ensañando con los potros, y el ganadero se ha visto obligado a intentar ocultar a sus animales en una huerta en mitad del pueblo para protegerlos del cánido.

Según han confirmado a la Alianza UPA-COAG los ganaderos de la zona, estos ataques continuados del lobo contra los potros en Las Merindades se deben a tres razones: el potro es la comida favorita de los lobos, el número de lobos en la zona ha aumentado considerablemente desde su sobreprotección administrativa y los potros constituyen una presa mucho más fácil de cazar para el lobo.

Además, Pablo vive una situación complicada al norte del Duero, sin subvenciones por pérdidas de ganado y con la única medida de poseer un seguro propio, solución que ha declinado debido a que “no merece la pena, porque de seis se encuentra uno”. Para el joven ganadero, después de tres años asentado en Las Merindades, cada día crece más la idea de “venderlo y dejarlo todo”, ya que encima de “estar todo por las nubes”, “lo que tienes para defenderte, lo pierdes, y la Junta, los Guardias, los veterinarios y el Seprona se lavan las manos; no hay control y nadie busca soluciones”.

Otro gran problema relacionado con los ataques del depredador sucede en las horas posteriores. La aparición de los buitres dificulta en gran medida la recuperación de los animales o incluso la identificación de los cadáveres, lo que complica aún más la recogida de vacas, potros o yeguas, como confirma Pablo.

Según la Junta de Castilla y León, en la provincia de Burgos tuvieron lugar 34 ataques de lobos de los 2.714 sucedidos en el año 2021 en toda la región. En el mes de mayo de 2022, en la localidad de Rozas de Valdeporres, cercana a Espinosa de los Monteros, el joven ganadero José Miguel sufrió diez ataques en su ganadería y perdió doce animales.

La situación para el ganadero de vacuno y equino es “insostenible”, pues a los destrozos que supone cada ataque de lobos, como la pérdida del animal, los daños de los animales malheridos y las pérdidas en productividad por el estrés producido sobre los animales tras el ataque, se suma la imposible identificación al ser luego atacado por la alta población de buitres que hay en la zona. Hasta el mes de junio, en la provincia burgalesa se vieron afectadas 153 cabezas de ganado en solo seis meses entre ovejas, cabras y caballos.

Por otra parte, dos semanas después de la serie de reiterados ataques del depredador en Zamora y Salamanca, que provocaron la solicitud a Medio Ambiente por parte de COAG Castilla y León de la extracción de ejemplares ante la situación de desamparo de los ganaderos, los ataques no cesan. Ángel Delgado, alcalde de Monleras (Salamanca), ha sido víctima de una nueva agresión del cánido, que devoró 20 ovejas la noche del martes 13 de septiembre. En diez días, el ganadero sufrió 40 bajas.