La Alianza exige una urgente actuación de las administraciones ante el peligro real de que se dispare la plaga de topillos

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Las comarcas de Tierra de Campos en Palencia, Valladolid y Zamora, La Armuña en Salamanca, La Moraña, entre Ávila, Valladolid y Salamanca, y Campos-Pan en Zamora, las zonas más afectadas

UPA-COAG pide la inmediata limpieza de las zonas que actúan como refugio y reservorio de la plaga y solicita que, de manera excepcional, se permita realizar las labores necesarias para romper las huras sin penalización a efectos del cumplimiento de los ecoregímenes y la condicionalidad.

El Observatorio de plagas y enfermedades agrícolas de Castilla y León apremia a los agricultores y a otros agentes competentes en superficies con cubierta vegetal, a la ejecución de medidas fitosanitarias

Valladolid, 19 de julio de 2024. En las últimas semanas, la Alianza UPA-COAG está recibiendo en sus oficinas numerosas quejas de agricultores denunciando una presencia elevada de topillos, superior a la que suele ser habitual en estas fechas. Estas denuncias se han visto refrendadas por el Observatorio de plagas y enfermedades agrícolas de Castilla y León, que, en el marco de la Estrategia de Gestión Integrada de riesgos derivados de topillo campesino, recientemente ha publicado un aviso instando a los agricultores y a otros agentes responsables o competentes en otras superficies con cubierta vegetal, a la ejecución de las medidas fitosanitarias que, a modo de recomendaciones de manejo para el periodo estival, se proponen por dicho órgano.

Se confirma, por tanto, como ya venía denunciando UPA-COAG, el preocupante aumento de la población de topillo en determinadas zonas de la Comunidad Autónoma, y muy especialmente en las comarcas de Tierra de Campos en las provincias de Palencia y Valladolid, La Armuña en Salamanca, La Moraña, entre Ávila, Valladolid y Salamanca, y Campos-Pan en Zamora, como las zonas más afectadas.

La Alianza UPA-COAG solicita a Ayuntamientos, Diputaciones provinciales, Confederación Hidrográfica y otras entidades o administraciones propietarias o gestoras de terrenos que pongan inmediatamente en marcha toda la “maquinaria” que se precise, sin escatimar ningún tipo de medida de cuantas sean necesarias, para actuar en las vías de dispersión de la plaga (cunetas, regatos, desagües, zonas adyacentes a infraestructuras de comunicación e hidráulicas, etc.).

Entre otras, es necesario que implementen ya las siguientes medidas:

  • Destrucción mecánica de huras y galerías, mediante motoniveladora o cuchilla.
  • Instalación de estructuras para el control biológico del topillo (cajas-nido, posaderos para rapaces, etc.).
  •  En su caso, tratamientos químicos.

Por lo que respecta a las actuaciones que pueden acometer los agricultores en sus parcelas, desde UPA-COAG recordamos resumidamente las principales normas de manejo:

  • Tras la cosecha: retirada de pacas, balas, cordones de cosecha y forraje que puedan suponer alimento y elementos de protección frente a rapaces, remociones del terreno cuando las condiciones lo permitan y adecuada programación de las siguientes labores de siembras y cultivos.
  • Reservorios, forrajes, alfalfas y similares: incrementar la periodicidad de los cortes, retirar pronto el forraje, remover el terreno perimetralmente para evitar migraciones de los roedores e incluso levantar la parcela si es necesario.
  • Manejo del riego: anegar las parcelas si es factible, aumentar las frecuencias de riegos y retirar los tubos no utilizados de las parcelas.
  • Control biológico: aumentar el pastoreo, fomentar la presencia de depredadores del topillo (cigüeñas, rapaces, etc.).

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que algunas de las recomendaciones que la propia Administración viene realizando, por ejemplo, determinadas prácticas de laboreo y eliminación de rastrojos pueden entrar en contradicción con la normativa de condicionalidad de la actual PAC y del aprovechamiento de pastos. Es por ello por lo que solicitamos que, de manera excepcional, se permita realizar las labores necesarias para romper las huras sin penalización a efectos del cumplimiento de los ecoregímenes y la condicionalidad.

Cabe recordar que un desmesurado aumento de la población, cuando no surten efecto las medidas de prevención y control de la misma, puede acarrear no sólo considerables pérdidas en las producciones agrícolas, como ya se están constatando con el avance de las cosechadoras en el campo, sino que también puede conllevar riesgos sanitarios tanto directos como indirectos, como la contaminación de las aguas superficiales o la propagación de enfermedades como la tularemia, como ya sucediera durante la plaga de 2007.