Resulta intolerable que se intente legislar sobre el sector ganadero y el medio rural sin contar con los principales afectados. En el informe conjunto de alegaciones, se exige su retirada inmediata y la apertura de un proceso de diálogo con todos los actores implicados. Sólo se prioriza la expansión del lobo sin tener en cuenta las consecuencias económicas, sociales y medioambientales para los ganaderos y la población del medio rural.
Madrid, 25 de marzo de 2021. Las organizaciones profesionales agrarias COAG, Upa y Asaja muestran su más rotundo rechazo al documento de bases para la elaboración de una estrategia para la conservación y gestión del lobo en España planteado por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Exigen su retirada inmediata y la apertura de un proceso de diálogo con todos los actores implicados (organizaciones profesionales agrarias, ONGs medioambientalistas, expertos y CC.AA afectadas) para negociar un nuevo plan de gestión y control del lobo que recoja un análisis actualizado del número real de manadas y ejemplares que existen en España y las posibles medidas para facilitar la coexistencia con la ganadería, el control poblacional y las compensaciones frente a los daños.
Así se manifiesta en el informe conjunto de alegaciones, en el que se denuncia la nula participación de los colectivos ganaderos, principales afectados por las poblaciones de lobos, en los foros, comités técnicos de seguimiento y consultas para la implementación de medidas que van dirigidas y afectan al sector agrario. Asimismo, se recogen los principales motivos del rechazo a dicho documento:
- Rechazamos estas bases porque, en sí mismas, son ya una estrategia que sólo persigue la expansión del lobo por la geografía española y su conexión con lobos de Francia e Italia, sin tener en cuenta las consecuencias económicas, sociales y medioambientales para los ganaderos y la población del medio rural.
- Rechazamos que el Ministerio de Transición Ecológica olvide que la ganadería extensiva ha constituido tradicionalmente una actividad esencial para el mantenimiento del medio ambiente y de forma especial en las áreas de montaña. Generadora de empleos y economía, la ganadería extensiva y el mantenimiento de razas autóctonas ha resultado fundamental en la gestión de los recursos y la ordenación del territorio, habiendo contribuido de forma determinante a la conformación del legado natural y la biodiversidad.
- Rechazamos una valoración tan sesgada del conflicto que conlleva la coexistencia con el lobo, criminalizando la actuación del sector ganadero y sin reconocer que la problemática viene dada por la expansión geográfica del lobo y su exponencial incremento poblacional. Esta situación deriva en un incremento del número de ataques en las explotaciones ganaderas, sin que la Administración competente establezca medidas dirigidas a conseguir una rápida compensación y un inmediato control poblacional.
Además, con este documento, el MITECO olvida que los ataques de lobo no sólo provocan importantes perjuicios económicos, sino una desestabilización de las producciones y del programa de producción y de cría, sino también, un importante y grave impacto emocional en el ganadero. “Está claro que los daños y secuelas que quedan en una explotación ganadera tras sufrir un ataque de lobo no han sido contemplados y vuelve a ser el sector ganadero el que debe cargar con un determinado nivel de daños. No se menciona en ninguna parte el compromiso de la viabilidad económica de las explotaciones”, han afirmado los máximos responsables de COAG, Upa y Asaja.
Mientras tanto, se mantiene el proceso de movilizaciones en las CC.AA. más afectadas. Actualmente, el lobo ibérico es una especie en expansión en España. Su número no ha dejado de crecer en las últimas cuatro décadas y sus poblaciones en el noroeste peninsular son las de mayor densidad de toda Europa occidental. Esta abundancia, unido a la presencia de explotaciones de ganado extensivo en las zonas rurales, está generando un conflicto, que se ve agravado con medidas como las que pretende adoptar el Ministerio. Por tanto, los ganaderos/as, no entendemos que el Canis lupus precise una protección especial, como no lo hace en los países de nuestro entorno donde las medidas de control son más rigurosas.