
“Mi relevo en COAG será fácil porque aquí hay gente de mucha valía”
Pregunta: Los afiliados de COAG Zamora le han vuelto a dar su confianza por cinco años más en el XI Congreso recientemente celebrado en Zamora. ¿Con qué horizontes aborda esta nueva etapa? ¿Qué proyectos tiene?
Respuesta: Efectivamente, logramos un respaldo unánime. No solo yo, como presidente provincial, también la candidatura que se presentó a la Comisión Ejecutiva. En ésta además se produjo un relevo importante porque entraron cinco nuevos miembros, y salieron tres miembros históricos que llevaban muchos años. Ahora somos doce en la Comisión Ejecutiva y tras el Congreso hemos salido todos con los ánimos renovados para seguir luchando como lo venimos haciendo desde hace cincuenta años. COAG Zamora ha demostrado que ha sido siempre fuerte no solo en los momentos difíciles sino en todas las etapas. No en balde somos la organización mayoritaria con casi 2000 afiliados y esperamos seguir en el futuro por esta senda.
P: Uno de los rasgos que diferencian a COAG Zamora del resto de opas y que la hacen singular es que se ocupa de cuestiones del medio rural que trascienden a la agricultura y a la ganadería. Por ejemplo, reivindican centros de salud, escuelas, farmacias, etcétera. ¿Toda ayuda al medio rural es poca, venga de donde venga, para evitar la sangría poblacional que sufre Zamora? ¿Considera que deberían implicarse en esta causa más colectivos?
R: Sí, también hemos desarrollado nuestro trabajo en el mundo rural porque nos ocupamos de las cuestiones imprescindibles del día a día, como defender el centro de salud, la escuela, el transporte…nosotros como organización tenemos que defender todo lo que concierne al mundo rural para generar y mantener la vida en los pueblos. De hecho si hoy siguen abiertos estos centros es por la actividad de las explotaciones agrícolas y ganaderas, que son quienes mantienen principalmente la vida en los pueblos. Defender el medio rural está en los genes de COAG. Recuerdo cuando hace años tuvimos que defender la línea férrea Orense-Medina y montamos en el tren a un montón de habitantes de Zamora para manifestarnos. Al final salió bien la cosa. Los habitantes de Sanabria y Aliste era la única posibilidad que tenían de ir a la consulta médica.
P: El tiempo pasa inexorablemente. “Tempus fugit” decía el poeta Virgilio: el tiempo huye. ¿Qué planes tiene de cara a su relevo al frente de COAG Zamora y de COAG Castilla y León?
R: Lo tengo muy claro. Ya cuando estábamos preparando el Congreso se lo comuniqué al comité provincial. Les dije que era la última vez que me presentaba; primero porque es lógico, dada la edad y segundo, porque es bueno un relevo. En estos cinco años que dura la legislatura alguna persona de la Comisión Ejecutiva tendrá que tomar el relevo. En ese sentido COAG no tiene problemas porque hay gente muy válida tanto a nivel regional como a nivel provincial. Solamente hay que dar el paso. El paso es difícil, a muchos nos cuesta tomar esa decisión porque aquí no hay grandes sueldos, y no te liberas de nada; sigues con tu trabajo en la explotación y además tienes que llevar esta carga de trabajo que a veces es muy densa. Todo eso hay que conjugarlo a la hora de tomar esa decisión, por tanto es normal que todos tengamos nuestras reticencias. Pero sí tenemos gente para el relevo. En esta nueva legislatura vamos a reunirnos más con los jóvenes para ver su implicación en los sectores y también vamos a tocar el trabajo sindical.
P: Estos días COAG junto a otras opas está desarrollando manifestaciones por toda la región centradas en la lucha por los precios del cereal y contra Mercosur, la barra libre de importaciones, los costes de producción como fertilizantes que se disparan por los aranceles de la UE, ¿Cómo afectan estas cuestiones a Zamora?
R: En Zamora se sufre esto igual que en el resto de provincias de Castilla y León. Es un problema general, ni siquiera de todo el país, toda Europa va a sufrir también este problema del cereal. Es verdad que aquí en España sufrimos más las consecuencias por las importaciones masivas tanto de Ucrania como del otro lado del Atlántico. Lo que ocurre es que nos hacen dumping con nuestras producciones locales. Después de la sequía del 2023, el año pasado tuvimos un año normal y la producción estuvo en la media de los últimos diez años con unos 20 millones de toneladas. Pero somos deficitarios; hay que importar una parte importante para llegar a completar las 37 o 38 millones de toneladas que necesitamos en España para la producción de pienso, y para el consumo humano de harinas. Y no es lógico que se adquieran esas producciones a precios que en España son inviables porque no cubren los costes de producción. Así no podemos ser rentables. Si Mercosur finalmente se ratifica se aceleraría más esta presión que están ejerciendo todas estas importaciones a los precios nacionales. Con Francia, Polonia, Austria e Irlanda en contra del acuerdo, el empujón que pudiera dar Italia o España sería suficiente para vetarlo. Que entre lo que tenga que entrar, pero cumpliendo la Ley de la Cadena Alimentaria y no haciendo dumping sobre los precios que tenemos aquí porque nuestros costes son mucho más altos que los que vienen de fuera.
P: La agricultura familiar, mayoritaria en el sistema productivo, es el modelo defendido por COAG porque posee un valor social inmensamente superior a los modelos uberizados e industrializados. ¿Qué debe hacer esta agricultura para sobrevivir a los ataques de la agricultura economicista? ¿La Ley de Agricultura Familiar que prepara el gobierno la defenderá de las embestidas?
R: Ese sería el camino. Estos días se presenta esa la ley que nosotros venimos reclamando desde hace ya años. Tenía que haberse aprobado hace tiempo porque, el modelo social no ha surgido porque sí, es histórico. Las explotaciones en España y en Europa no tienen nada que ver las que hay en América. Aquellos son latifundios con otros costes y otros tipos de producciones. Aquí tenemos unas exigencias muy altas por parte de la normativa europea que ellos no tienen. Eso condiciona mucho nuestra forma de trabajar. Nuestro modelo es el que genera empleo y genera actividad, mantiene con vida esos pueblos de los que hablábamos. Y creo que tiene futuro. Hoy ha desaparecido el oficio de zapatero, de carpintero, de relojero, todo esto ha desaparecido, pero el agricultor sigue vivo. Corre peligro, claro que corre peligro, por eso, si no se defiende con una ley este tipo de modelo no podrá sobrevivir frente a los grandes fondos de inversión que llegan con dinero abundante y sin ningún problema para comprar tierras buenas y de regadío.
P: Usted ha dicho en varias ocasiones que la PAC actual ya nace muerta porque su aplicación en nuestras tierras es compleja y difícil y producimos menos con más gastos. ¿Por qué es tan difícil hacer una norma que beneficie sin ambages a los agricultores y a los ganaderos?
R: Yo he dicho que esta PAC nacía muerta porque se empezó a diseñar en el año 2017 y se comenzaba a hablar del Pacto Verde y de la estrategia de la Granja a la Mesa, ese desarrollo sostenible con el que estamos de acuerdo, pero necesitábamos que se mantuvieran esos suelos vivos para que las generaciones futuras pudieran seguir produciendo. Para diseñar todo eso no se contó con los agricultores. Hubo muchos grupos ecologistas en los gobiernos del norte de Europa y en el Parlamento Europeo y su presión fue muy fuerte. Se elaboró una PAC muy desequilibrada donde solo contaba ese desarrollo medioambiental sin tener en cuentan ni el social ni el económico. Si quieres subsistir en un mundo global tienes que ser competitivo y para ello te tienen que salir las cuentas. Se hablaba de PAC verde pero con números rojos. Cuando se implantó la PAC vimos que efectivamente había un desequilibrio enorme entre los textos y la realidad del campo. Luego a raíz de las protestas del 2024 se consiguió esa flexibilización y nos dejó ese margen con el que estamos tirando. Ahora, en la PAC Post-27 todo lo que se haga tendrá que ser equilibrado: si no hay economía no se puede cumplir con el medio ambiente ni el medio rural.
P:¿Qué pasa si los fondos necesarios para rearmar Europa, que parece que es imperativo ahora para elevar la defensa, se retiran de la PAC? Dicho de otro modo, ¿por qué la agricultura sirve como moneda de cambio en todas las negociaciones en la Unión Europa? ¿Cree que las administraciones respetan de verdad al campo?
R: Siempre que hay un acuerdo comercial hay una venta del campo. El campo siempre se utiliza como ayuda para vender coches o vender productos farmacéuticos o químicos, etcétera. El campo siempre se ha utilizado como moneda de cambio y creo que eso ha sido un error porque la soberanía alimentaria hay que mantenerla por encima de cualquier cosa. Nos hemos dado cuenta con la COVID, que no hubo desabastecimiento de alimentos gracias al campo. Sí la hubo, por ejemplo, en el Reino Unido por el brexit y tuvo que pagarlo muy caro. Por eso, en el caso de Mercosur, no entendemos por qué se ha corrido tanto en estos últimos 6 meses cuando se llevaban más de 20 años de negociaciones. El libre comercio hay que respetarlo pero con las mismas reglas para todos. Ahora además todo está mucho más alborotado con Donald Trump mediando en todos los sitios. Y luego están los conflictos en Oriente medio, en Ucrania y esto puede dar al traste con todo lo que se ha hecho hasta ahora. Muchos nos tememos que esto va a influir en todos los sectores y por supuesto, en el agrario. Y no veo personalmente una Europa unida y fuerte para hacer frente a todos estos problemas.
P: Existen dos problemas que probablemente sean los más básicos en la agricultura y la ganadería que, a pesar de ello, no parecen preocupar en exceso a las administraciones. Nos referimos a la ley de la cadena alimentaria y el relevo generacional. ¿Qué debe pasar para que estos dos pilares básicos funcionen?
R:Con la Ley de la Cadena llevamos años hasta que se consiguió que se aprobara. Hubo partidos políticos que nunca la aceptaron ni la votaron y por eso desde muchas comunidades autónomas no se empuja lo suficiente porque nunca creyeron en ella. Hay complicaciones con la aplicación. Nosotros, el sector productor, presentamos la cuentas con transparencia. Pedimos que al menos cubramos costes aunque lo lógico sería que hubiera beneficios. Pero el sector transformador nunca ha estado dispuesto a cumplir la ley y cuesta que los contratos se produzcan con claridad. Hay tres eslabones y aunque el agrario es el que mayor valor añadido genera estaríamos dispuestos a que cada uno llevara una tercera parte. Y esa Ley de la Cadena debería exigirse para toda la unión Europea y para todos los países de los que importamos.
Con respecto al relevo, no es un problema que tengamos nosotros solos. No hay relevo en la construcción, no lo hay en el transporte. Es un problema general. Para que haya relevo el trabajo tiene que tener unas condiciones dignas, no solo de dinero también de horarios, etcétera. El problema del campo es que en los pueblos es muy difícil que unos jóvenes puedan hacer un proyecto de vida, con hijos, etcétera. Pero también las ciudades tienen sus problemas. Se puede vivir de la agricultura dignamente.
P: ¿Qué futuro le augura a la agricultura y a la ganadería si el presidente de los EE UU, Donald Trump no para de dinamitar todos los estamentos y convenciones?
R: Esperemos que acabe ya algún día de firmar esas órdenes resolutivas en esos libros. Yo siempre dije que perro ladrador poco mordedor. Al final veremos a ver como acaba. Lo que está claro es que todos los demócratas tenemos que estar unidos y no puede ser que de un plomazo se acabe todo, por ejemplo en la guerra de Ucrania, después de haber sido invadida por Rusia.
Si todo este maremágnum lo trasladamos la campo, podemos encontramos con esos aranceles que pueden ponerse a cualquier producto europeo.
P: Zamora es una de las zonas más afectadas por el lobo, cuya presencia en el campo crece porque crece el número de ejemplares según el último censo. Dado que la administración no parece poner solución al problema, ¿Qué pasará, tendrán os ganaderos que armarse de resiliencia para acostumbrarse a convivir con el lobo?
R: No, eso nunca porque la directiva europea sobre el hábitat del lobo no exige que haya este descontrol, sobre todo en España con el censo del lobo de 193 manadas aquí en Castilla y León y aumentando. Con más de 3500 ataques en el año 24 y con más de 5000 reses muertas. No podemos seguir por esta senda. Bien es cierto que se está utilizando un pimpampum político entre las comunidades autónomas loberas, casi todas del Partido Popular y el Gobierno de la nación donde tuvimos una ministra absolutamente nefasta, porque cuando el lobo se incluyó en el LESPRE fue en contra de todos, y solo fue apoyada por los ecologistas y los animalistas que defendía mantener el lobo intocable aunque haya miles de manadas. Yo creo que eso es un error. Hay que tener un control poblacional o esto se convertiría en una selva y no solo del lobo sino de todas las especies silvestres. Si tenemos que tener una convivencia de la ganadería extensiva con el lobo hay que hacerla viable y para que sea viable no es soportable que haya que pagar 4 millones de euros, solo en Castilla y León de indemnizaciones. Muchas de ellas no se pagan porque no se notifican por los agentes medioambientales o no se denuncian. Todo esto habrá que pararlo de alguna manera. Europa ya ha rebajado o va a rebajar la protección del lobo porque lo entiende así y junto con Rumanía, España tendrá que tomar medidas en tanto que somos los dos países que más censo de lobos tenemos. Permitir extracciones en las zonas donde el lobo haya atacado reiteradamente lo permite ahora mismo la directiva. Pero hay que pedirlo y aquí no se ha pedido. La Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León debe tener miedo a que vayan a los tribunales. Y como no se han pedido, pues el Gobierno central no actúa.
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