MANUEL CAMPO VIDAL. PERIODISTA Y EXPERTO EN DESARROLLO RURAL

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“Las ciudades son injustas con el medio rural. Hay que reconocer el trabajo de agricultores y ganaderos

 

He aquí uno de los periodistas más legendarios de la (cada vez menos) joven democracia española, pateándose ahora los polvorientos senderos de la España despoblada de habitantes y abandonada de inversiones. La cabra tira al monte. Manuel Campo Vidal nació en la localidad oscense de Camporrells, (130 habitantes) pero pronto viajó a Barcelona donde comenzó a prepararse para ser uno de los periodistas señeros del nuevo periodismo español en libertad. Dirigió y presentó el telediario de RTVE desde 1983, cuando la 1 era vista por 25 millones de personas y las televisiones privadas no eran ni  un proyecto de ley. Dirigió y presentó después Hora 25, de la Cadena Ser y saltó a la flamante Antena 3, donde presentó el Telediario y llegó a ser Vicepresidente.

Pero Manuel Campo Vidal (“la agricultura la llevo en el apellido”, dirá en esta entrevista) pasará a la historia por ser el periodista consenso, el informador que el resto de  informadores considera más ecuánime, profesional y preparado. Por ello ha moderado la mayoría de los debates electorales en televisión de los principales candidatos a presidir el Gobierno español: Felipe González y José María Aznar, en 1993; Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, en 2008; Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, en 2011 y Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, en 2015. Actualmente preside Next Educación, escuela de negocios que acaba de crear una Cátedra de Desarrollo Rural, donde le hacemos la entrevista.

 

 

Pregunta:¿Qué le empujó a interesarse por los problemas que afectan al campo y al medio rural español?

Respuesta: Yo soy hijo de la España despoblada; nací en un pueblo del prepirineo aragonés, Camporrells, Huesca. Mi familia emigró a Barcelona, pero nunca perdimos el contacto con el pueblo. De hecho, cada 30 de julio, allí estoy todos los años en la fiesta mayor  bailando el baile de los  bastones que luego ayudé a recuperar algunos años después. Y ese recuerdo lo tengo desde niño.  Por lo tanto, siempre hemos sido del pueblo. Somos urbanitas pero nunca perdimos el contacto.

P: Desde hace un tiempo, no sé si coincidiendo con la aparición del libro de Sergio del Molino, la España Vacía, políticos, intelectuales, profesionales de todo tipo se han interesado por la España despoblada.  O sea, el problema se conoce y se refleja en los medios, sin embargo, la situación no mejora.  ¿Cree que hay voluntad en quienes tienen competencias al respecto de resolver este asunto?

R:Está muy bien que hablemos de España despoblada y no de la España vaciada porque ofende. Ni siquiera de la España vacía porque todo eso ya se superó.  Pero yo no creo que estemos peor, sinceramente, yo creo que hay signos evidentes de que las cosas están francamente mejor y en recuperación, lo que pasa es que la recuperación tiene que ser mucho más rápida o no llegaremos a tiempo. Hay muchos pueblos que ya están a punto de desaparecer.  Es verdad que hay más gente interesada por la cuestión,  incluso grandes marcas se están interesando por estos asuntos. Por ejemplo nosotros (se refiere a Next Education, la escuela de negocios que dirige) tenemos una cátedra de Desarrollo Rural y se interesó en el patrocinio Estrella Galicia. Claro, porque es bueno evitar que se cierren los bares en los pueblos, porque se viene todo abajo. A mí me parece una contribución muy interesante como hay otras y como es fundamental que exista y siga existiendo Correos o la Guardia Civil o las gasolineras;  es que se cierra una gasolinera y la comarca se tambalea. Por lo tanto yo creo que las cosas están mejor pero el ritmo con el que se recuperan es insuficiente. Hay que avanzar en clarificar quién de verdad está ayudando al Desarrollo Rural o quién de verdad vive hablando de Desarrollo Rural.

 

     “La recuperación tiene que ser mucho más rápida o no llegaremos a tiempo, porque hay muchos pueblos que ya están a punto de desaparecer”

 

P: Se habló en su día de la creación de una fuerza política rural que al final no cuajó. Sin embargo, la España rural podría colocar a una veintena de diputados en el congreso, según algunos estudios. ¿Podría ser esa la solución?

R:  Cualquier empuje político es bueno,  pero si a los grandes partidos les convencemos de que esto es vital  y hay una respuesta interna, yo creo que ese  camino sería un atajo mucho más importante. Lo digo por el riesgo de la dispersión del voto. Puedes tener unos buenos resultados cuantitativos y que  luego no alcances un diputado en la provincia,  con lo cual tampoco resolvemos nada. Aquí lo que hay que hacer es garantizar que haya una respuesta legislativa y resolver un problema de fondo:  las ciudades son injustas con el medio rural porque es imprescindible reconocer el trabajo de los agricultores, de los ganaderos y de quien sea y no puede ser que mis amigos de mi pueblo paguen el mismo tipo de IRPF que yo. A ellos nadie les compensa por tener que coger el coche y estar veinte o treinta minutos  para ir a un centro de salud, mientras yo lo tengo a tres  minutos de mi casa. Cualquier fórmula se puede ensayar pero no debemos hacer castillos en el aire. La  aritmética electoral es implacable  por lo que hay que calcular muy bien las cosas. Se han intentado cosas en elecciones al  Parlamento Europeo, que son más fáciles y no se logró.

P:Desde que España ingresó en la Unión Europea sumando las ayudas de la PAC, los fondos de cohesión, estructurales, Feder, Proder, Leader, etcétera, han entrado en el medio rural español miles de millones de euros. ¿Por qué esa ingente cantidad de dinero no ha resuelto el problema o al menos, ha encauzado una solución?

R: No lo sé, solo sé que hay grandes terratenientes que se llevan parte de esas ayudas y que solo acrecientan su patrimonio; que hay algunos grupos que hablan de Desarrollo Rural pero en realidad viven de él pero no apoyan ningún emprendimiento, aunque, ojo, hay otros admirables que sí fomentan el emprendimiento. Quizás ese dinero no se orientó a crear una industria complementaria, simplemente se distribuyeron ayudas y con distribuir ayudas alguien vive un poquito mejor o alguien consigue sobrevivir, pero no es solamente el dinero sino también la orientación y el programa y el proyecto del dinero y yo no he visto ningún proyecto serio más que puntualmente cosas admirables.

 

     “No puede ser que mis amigos de mi pueblo paguen el mismo tipo de IRPF que yo. A ellos nadie les compensa por tener que coger el coche y tardar veinte o treinta minutos para ir a un centro de salud, mientras yo lo tengo a tres minutos de casa”

 

P:Hace unos fines de semana, miles de personas se manifestaron en Sanabria (Zamora) contra la pretensión del Ministerio de Fomento de suprimir paradas del Ave Madrid-Galicia. Zamora es una de las zonas más despobladas y la sangría no se detiene. ¿Se pueden analizar los servicios que necesita el medio rural desde perspectivas solo economicistas?

R: Hay que tener en cuenta la economía y hay que tener en cuenta el desarrollo social y hay que tener en cuenta también los derechos de las personas. De todo eso tiene que salir una compensación; a lo mejor se proponen suprimir dos paradas y se podría dejar en una. No sé, habría que ver en qué sentido lo plantean, pero desde luego, no solamente puede haber un criterio económico evaluando las cosas porque si no, hacemos un tren rápido para ir a Galicia pero no estamos ayudando en nada a los territorios que atraviesa.

P:La Agricultura y la Ganadería son los principales motores económicos del medio rural. ¿Qué cree que habría que hacer con estos sectores para que pudieran, al menos, cortar la hemorragia que genera la despoblación?

R: No soy un experto en esta cuestión, aunque mi apellido sea agrícola(risas) pero yo creo que no hay que hacer solo una cosa, hay que hacer varias cosas.  Por ejemplo, a mí me ha atraído mucho y estoy siguiéndolo con mucha atención el fenómeno del relevo generacional. Estuve en la feria que organiza la diputación de Salamanca en Santa Marta de Tormes y no pude ir a la de Béjar porque acabo de llegar de Perú, y creo que esa es una solución. Hay personas que no tienen hijos o cuyos hijos no se quieren ocupar de la explotación, pero hay que evitar a toda costa que se pierda, y ello puede dar pie a que se ocupen otras muchas personas que están dispuestas a ir al campo. Yo visito un par de provincias a la semana y me doy cuenta de que hay mucha gente que quiere ir a vivir al mundo rural, y no solamente inmigrantes sino otras personas que creen que sus hijos van a crecer mejor, con más salud, menos riesgos etcétera, en un pueblo que en una gran ciudad. Por tanto, pongámoslos en contacto. Ya estamos trabajando en alguna de esas operaciones: aquí están los que se quieren ir y aquí están los que quieren entrar, vamos a ponerlos en contacto. Y esa es una forma de mantener a la gente firme en el territorio porque si cierra un comercio en una calle de una ciudad pronto será sustituido por cualquier otro negocio, pero en un pueblo cuando cierra un negocio probablemente no vuelve a abrir nunca más. Hay que procurar que no se produzca el apagado de luces que contribuya a que una provincia se ensombrezca.

     
     “Si cierra un comercio en una ciudad pronto será sustituido por cualquier otro negocio, pero en un pueblo, cuando cierra un negocio probablemente no vuelva a abrir nunca más”

 

P: En su libro “La España Despoblada”, usted dice que la España despoblada es una cuestión de Estado y que sin pueblos no hay futuro, pero tampoco para las ciudades. ¿El Estado no llega al medio rural, o al menos, llega disminuido o deficiente?

R: No, el Estado llega al medio rural, lo que pasa es que se tienen que crear otras normas para que llegue. Tenemos a miles de alcaldes pidiendo el Estatuto del pequeño municipio. Para reformar la casa rural de mi pueblo no se puede pedir el mismo tipo de permisos que para abrir un negocio en el paseo de la Castellana de Madrid.  Y no es que haya que relajarlo, pero ahí está la doctrina que luego se ha aplicado muy poco y solo en la Extremadura de Fernández Vara (expresidente de la Junta de Extremadura) que dijo:  señores todo lo que no esté expresamente prohibido debería de estar permitido en el mundo rural. Porque, de lo contrario, siempre falta un informe, siempre se retrasa todo y por el camino la gente desespera o se va.  Por lo tanto, el Estado está, pero debe estar con otro lenguaje, con otras normas, siempre respetuosas por supuesto con el medio ambiente, pero mucho más ágiles. Hay que dotar mejor a los secretarios de ayuntamiento y yo soy nieto de un secretario de ayuntamiento y sé de lo que hablo. Tienen muchos pueblos y muchas funciones, y necesitaría preparación para cuestiones nuevas, por ejemplo, la petición de ayuda de los fondos europeos. El Estado tiene que estar de una forma más ágil, preparando mejor a sus funcionarios y comprendiendo que el mundo rural es vital para la supervivencia también de las ciudades

P: ¿Cree que los habitantes urbanos tienen más cubiertos sus derechos que los habitantes rurales? Si es así, ¿el Estado está cometiendo una injusticia palmaria?

R: Yo creo que toda la sociedad, no solo el Estado, está cometiendo la injusticia de que las personas que viven en el medio rural tienen menos derechos y pagan exactamente los mismos impuestos por menores servicios por razones de la dispersión rural y eso hay que resolverlo. De alguna manera las ciudades tienen que compensar a los pueblos.

 
   “Hay que avanzar en clarificar quién de verdad está ayudando al Desarrollo Rural o quién de verdad vive hablando de Desarrollo Rural”

 

P: ¿Cree que la España urbana tiene una deuda con la España rural?  Ésta ha prestado al urbano talento, mano de obra, ahorros, etcétera, que no han revertido. Además, tenemos el ejemplo de la pandemia, cuando el campo se volcó para ayudar a la sociedad también urbana. ¿Está saldada esa deuda?

R: No, no está saldada esa deuda. El mundo rural ha dado todo a las ciudades, ha dado talento, como dices, ha dado mano de obra, ha dado también el agua, ha dado el aire sano que se respira. Me decía una persona de Soria que la contaminación de Madrid la notamos en Soria. Si no estuviera Soria y Segovia y todo lo que rodea a Madrid, esa contaminación sería absolutamente insoportable. Claro que está en deuda y claro que esa deuda debe de ser saldada

P: Cita usted a Michael Ignatieff, quien dice que luchar contra el desequilibrio territorial implica a muchas personas, a muchas administraciones y muchas vidas de muchas familias. No es fácil ese equilibro, es verdad, pero habrá que comenzar por mantener servicios básicos, ¿no? 

R: Michael Ignatieff, gran profesor de Harvard y  poco  exitoso como primer ministro de Canadá, dice:  luchar contra la desigualdad territorial es la lucha más difícil que hay,  porque si tú tienes un problema económico y por tanto salarial, se puede hacer un convenio distinto;  si tienes un problema de derechos de las mujeres, en España hemos adelantado mucho pero aún queda mucho por hacer, puedes cambiar unas leyes, pero en el caso de la dispersión territorial y de la recuperación territorial entran muchísimos otros factores. No solamente está el que puedes cambiar una ley, no solamente el que puedas hacer un convenio económico, tienes que tener mucha gente dispuesta: unos para que se vayan a vivir allí, otros para comprender que hay que compartir y que para salvar al pueblo hay que ayudar, porque en los pueblos hay personas que tienen tres casas y no están dispuestos a alquilar ninguna. A un señor de un pueblo de Navarra le decían ¡oye, pero tienes dos casas, alquila una!, y respondía:  ojo a ver si se van a creer en el pueblo que me falta el dinero. Hay que hacer comprender esas cosas. El tema de la vivienda lo sigo con mucho interés. Se están haciendo trabajos interesantes:  la diputación de Burgos, la Xunta de Galicia en Ourense, la diputación de Huesca. Además de empleo en el medio rural ha de haber vivienda o la gente no va.