Esta entrevista se encuentra en la Revista COAG Informa número 96
Valladolid, 29 de abril de 2022.
Pregunta ¿Con qué horizonte aborda esta nueva responsabilidad al frente de COAG?
R: Estamos en un contexto inédito y excepcional en el que tenemos que lidiar con una gran incertidumbre. La pandemia, una guerra en Europa en pleno siglo XXI, una escalada brutal del precio de las materias primas y los costes en el sector agrario, la huelga de transporte, etc…Sin embargo, el sector agroalimentario ha demostrado una gran resiliencia para sobreponerse a todas las adversidades, asegurando el suministro de los alimentos a la población. Y eso nos debe llenar de orgullo y satis-facción. Somos esenciales y así lo hemos demostrado. Aunque se suele olvidar en tiempos de bonanza, la garantía de un tejido productivo fuerte, cercano y ligado al territorio es ya una cuestión geoestratégica.
P: Hace un tiempo el campo era competencia exclusiva del ministerio del ramo, hoy entienden de él varios ministerios y abre telediarios y está en la portada de los periódicos. ¿Qué está pasando?
R: Los beneficios del sector agrario van más allá de la producción de alimentos sanos y seguros. Llenamos la España Vaciada, fijando población en el medio rural, llenamos las arcas del Estado, al convertirnos tras la pandemia en el primer motor económico del país superando al turismo, y llenamos de naturaleza y belleza la España rural, gestionando el 80% del territorio cincelando esos ricos paisajes a golpe de agricultor sembrando y ganado pastando. Y esa foto tiene su reflejo tanto en las competencias ministeriales y la diversidad de ministerios que legislan sobre el campo y en la notoriedad mediática del sector. En la jerga comunitaria lo llaman la multifuncionalidad de la agricultura.
P: ¿Cómo se detiene la uberización de la agricultura y la ganadería de la que continuamente advierte COAG?
R: Los precios que nos pagan no reflejan ni de lejos esta brutal subida de los costes. Producir a pérdidas es un mal negocio que nos aboca al cierre y a malvender nuestras tierras a grandes multinacionales y fondos de inversión especulativos. Un 5% de grandes empresas agrarias acapara el 40% del valor de la producción agraria española. Llegan, esquilman y se van. La uberización del campo español es una de las grandes amena-zas para el modelo de pequeñas y medianas explotaciones profesionales que defiende COAG. Yo quiero que el valor que se genera con el cultivo de nuestra tierra, se quede en nuestros pueblos y comarcas, no que vaya a engordar la rentabilidad del fondos de pensiones de la policía montada de Canadá (como está ocurriendo en la compra de grandes explotaciones de fruta y hortalizas en el levante) o a sumar saldos en paraísos fiscales de las Islas Caimán. Debemos apostar por un modelo de integración cooperativo donde el valor se reparte en los agricultores y ganaderos que lo generan y revierte en el bar de la plaza, el taller de confianza, en el que cambio las ruedas del tractor o en la panadería.
P: Ustedes acaban de entrevistarse con el ministro de Consumo, Alberto Garzón ¿Les pidió perdón por su ataque a la carne española? ¿Qué opinión le merece su continuo salto a los medios utilizando como trampolín sus embestidas a productos agro-pecuarios como el jamón, el azúcar o la carne?
R: El ministro nos comentó que se habían malinterpretado sus palabras y que en ningún momento quiso poner en tela de juicio la calidad de nuestras carnes y el modelo de pequeñas y medianas explotaciones ganaderas que COAG representa. Coincidimos en que aberraciones como el proyecto de macrogranja de Noviercas no es el camino porque, aparte de los impactos medioambientales y sanitarios que podría acarrear, supondría la expulsión de 432 ganaderos lácteos en Castilla y León. Le trasladamos que el sector ganadero en España es muy rico y diverso y no se pueden plantear debates simplistas. Entre ganadería extensiva y macrogranja, hay miles de explotaciones en regímenes semi-intensivo y semi-extensivo, representativos de la gran mayoría de las granjas de nuestro país.
P: ¿Qué opinión le merece la figura y la labor de su antecesor en el cargo, Miguel Blanco, un histórico del sindicalismo con 38 años en COAG ?
R: Al margen de la gran amistad y el aprecio personal que le tengo, Miguel Blanco merece todo el reconocimiento del sector agrario en general y de los hombres y mujeres de la COAG en particular. Un líder con mayúsculas que pasará a la historia del sindicalismo por conseguir llevar al BOE una de las reivindicaciones históricas del sector: que por Ley los precios pagados a los agricultores tenga que cubrir los costes del producción. La Ley de Cadena Alimentaria, ahora puesta como modelo para las soluciones al sector del transporte, es fruto de la unidad del sector. Me atrevo a decir que sin Miguel Blanco esa unidad de las organizaciones agrarias no hubiese sido posible.
P: ¿Qué escenario agrario atravesamos en estos momentos en los que el campo lo determina la nueva pac, la crisis de los insumos, los abusos de la industria y la distribución, los ataques a la agricultura por parte de los animalistas, la defensa del lobo, etcétera?
R: Producimos mejor que nunca y mejor que nadie, en base al modelo europeo que recoge los más altos estándares en materia de calidad, seguridad alimentaria, respeto al medio ambiente y al bienestar animal, y sin embargo eso no tiene su reflejo en la rentabilidad de nuestras explotaciones. Para conseguirlo, necesitamos un PAC que priorice sus apoyos a los verdaderos profesionales del sector y una apuesta firme y decidida por la preferencia comunitaria, exigiendo las mismas condiciones a las importaciones. Además, a nivel doméstico exigimos respeto y empatía. No se puede legislar sobre el medio rural desde una óptica urbanita porque caemos en una especie de despotismo ilustrado del siglo XXI: todo para el pueblo pero sin los pueblos. Lo hemos vivido con la normativa sobre la inclusión del lobo en el listado de especies no cinegéticas. Es algo intolerable que no se puede volver a repetir y por eso hemos llevado a los tribunales la nueva norma.
P:¿Cómo cree que contribuye la Unión Territorial de Castilla y León al proyecto de COAG y qué valoración hace de la misma?
R: Por historia, por la amplia base social y por la pasión y el talento del equipo humano que hay detrás, COAG Castilla y León es una de las uniones que han dado forma a lo que somos y obviamente está llamado a enriquecer la hoja de ruta de COAG estatal en los próximos años. La unión de Castilla León es el claro ejemplo de las señas de identidad que diferencian a COAG: independencia sindical de poderes políticos y económicos al servicio, única y exclusivamente, de los hombres y mujeres del campo.
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