DAVID TEJERINA.“La nueva PAC es un infierno burocrático y un verdeo de escaparate”
“Los elevados costes de producción han propiciado que esta sea la sementera más cara de la historia”.
“Asistimos a un nuevo modelo productivo: los grandes inversores solo buscan rendimiento económico sin generar tejido social”.
“Es crucial un Defensor de la Cadena Alimentaria con funciones de estudio, vigilancia, propuesta y sanción”.
Pregunta: ¿Qué balance puede hacerse del comportamiento de la agricultura y la ganadería palentinas en 2023?
Respuesta: En Palencia, como en la mayoría de España, la agricultura y la ganadería han estado marcadas principalmente por dos factores: la sequía y los elevados costes de producción. La sequía no solo afectó a cultivos de secano, también al regadío con restricciones de riego en la Cuenca del Pisuerga, limitando a sus regantes la implantación de cultivos como el maíz o la remolacha (ya que éstos requieren más agua), haciendo así que los agricultores se decantaran por cultivos de secano. Esta pertinaz sequía ha supuesto una merma importantísima en las producciones finales, muy por debajo de la media de un año normal o bueno.
Los elevados costes de producción: abonos, gasoil, semillas, fitosanitarios, etc… han propiciado que la pasada sementera fuera la más cara de la historia.
Por todo ello el balance final puede decirse que ha sido malo o muy malo, con beneficio cero. Ante esta situación de nula rentabilidad han sido de fundamental ayuda los seguros agrarios, que permiten una cierta solvencia económica para poder afrontar la siguiente sementera.
P: O sea, que el campo ha sido atacado por cuestiones más agresivas que nunca: sequía, nueva PAC, costes de producción, etcétera.
R: Sí. La extrema sequía que hemos sufrido en el último año ha puesto en grave situación al campo dando lugar a importantes pérdidas en diferentes cultivos. En Palencia podemos hablar de pérdidas de entre un 60% y un 80% en cultivos de cereal de tierras de secano. La ganadería también se ha visto fuertemente afectada al encontrarse los pastos de primavera totalmente perdidos, provocando un fuerte aumento de los precios de forraje y paja.
La nueva PAC afecta de forma importante y preocupante a la gestión de las explotaciones y las prácticas agrarias, a la vez que implica multiplicar las exigencias burocráticas y unos mayores costes.
Los costes de producción se han incrementado un 42% en los últimos años. Se trata de un incremento de costes de tal magnitud que no existen precedentes del mismo en los últimos 50 años. Por todo esto y mucho más nos han llevado a un descenso de las producciones en las cosechas del 2023.
P: ¿Qué valoración hace en concreto de la aplicación de la nueva PAC?
R: Esta nueva PAC es un infierno burocrático y un verdeo de escaparate, que establece una serie de condiciones y requisitos entre los que están la condicionalidad reforzada, la prohibición del uso de muchos fitosanitarios y antibióticos para la ganadería, los ecoesquemas y las BCAM, el 4% de barbecho obligatorio, limitaciones al abonado, el cuaderno digital, etc. Todo esto incrementa de una forma desmesurada la complicidad regulatoria y las exigencias aplicables a la actividad agraria y ganadera constituyendo por sí mismas un impedimento para la viabilidad de la agricultura profesional e independiente.
P: Con estos factores tan nefastos que narra ¿Qué previsión puede hacerse del sector agrario para el 2024?
R: Las previsiones para 2024 no son nada buenas. Hay una enorme incertidumbre para agricultores y ganaderos. Los altos coste de producción nos abocan a un elevado riesgo financiero ante una caída de precios al productor, como se está produciendo en la actualidad, sobre todo en cereales y leche.
Esto lleva a los agricultores a extremar la prudencia, porque además se están elevando los tipos de interés y restringiendo el acceso al crédito.
El escenario es tan volátil que es difícil hacer predicciones ya que dependemos, además del clima, de la evolución de los mercados y del comportamiento del consumidor.
P: Palencia es un potente enclave cerealístico y los cerealistas no han tenido en 2023 su mejor año. ¿Cuáles son la principales preocupaciones de los agricultores que se dedican a este cultivo?
R: Los agricultores palentinos viven pendientes de la climatología que para nada nos ha sido favorable en los últimos años. En los últimos cinco años hemos sufrido tres de sequía, lo que pone de manifiesto que estos períodos son cada vez más frecuentes e intensos, acompañados de fuertes olas de calor. Junto a esto están los costes de producción desorbitados, especialmente a raíz de la guerra en Ucrania.
Y por si todo esto fuera poco, asistimos un año más a la plaga de topillos, siendo la provincia de Palencia la que en estos momentos mayor incidencia está teniendo en muchas comarcas. Parece mentira que después de haber sufrido este tipo de plaga reiteradamente desde hace muchos años, aún a día de hoy no tengamos desde las administraciones una solución eficaz y duradera para este problema.
P: ¿Qué consecuencias tienen en la provincia Palentina las lacras ancestrales del sector primario como la despoblación, la falta de relevo, la incorporación de la mujer? La Pac este año pretende aumentar los incentivos a la incorporación de jóvenes y mujeres. ¿Qué le parece la medida?
R: Como consecuencia más inmediata de estas lacras, estamos viendo en la última década un descenso del número de explotaciones agrarias de un 7,6%, siendo este dato mucho más dramático en las explotaciones de carácter ganadero con un descenso de más de un 30%. Todo ello nos conduce a un cambio de modelo agrario, lo que se llama “la uberización del campo”, que hace desaparecer las explotaciones familiares, llevándolas a la ruina, y son reemplazadas por grandes extensiones, empresas de servicios e inversiones especulativas. Estamos asistiendo a un cambio en el modelo productivo en el que los grandes inversores solo buscan rendimiento económico sin generar tejido social, mantenimiento de la población rural y del medioambiente. Desde COAG queremos una agricultura con agricultores que generen una economía social agraria con hombres y mujeres en el campo, que trabajen directamente en sus explotaciones y vivan de su actividad.
En cuanto a que la PAC incentive la incorporación de jóvenes y mujeres, nos parece muy bien, pero creo que vamos con mucho retraso. Necesitamos más agricultores para garantizar un relevo generacional sostenible; en la próxima década, seis de cada diez agricultores entrarán en edad de jubilación. Sólo con más presupuesto de la PAC no es suficiente, se necesitan otra serie de medidas como el acceso a la tierra, la financiación, la formación, la reserva de derechos, etc…
P: Del rosario de problemas que atacan al campo, parece haber uno que destaca sobre los demás: los precios percibidos por los productores. ¿Qué habría que hacer para que el campo recibiera de una vez precios justos por sus producciones?
R: Hemos de tener en cuenta que el sector agrario representa el 10% del PIB de la economía nacional, de ahí la importancia de tener un sector primario con solvencia y fuerte. Esto no es lo que sucede, porque los precios percibidos por este sector no siempre cubren los costes de producción ante la posición de dominio y abuso que tienen la industria y la distri- bución. Para frenar estos desequilibrios se creó la Ley de la Cadena Alimentaria, que tiene que controlar prácticas desleales para que los precios de los agricultores sean justos. Ahora bien, para que esta ley sea efectiva tiene que existir un observatorio de la cadena que publique los índices de precios y costes. Así mismo la AICA (Agencia de Información y Control Alimentario) debería aplicar sanciones más acordes a la infracción cometida, y que se amplíen sus controles.
Otra figura importante es que el Defensor de la Cadena Alimentaria tenga funciones de estudio, observación, vigilancia, propuesta y sanción; decisiones vinculante para las partes afectadas. Solo así podemos obtener precios justos.
P: Últimamente se está denunciando a escala regional falta de interlocución del sector agrario con la Administración, ¿Cómo está el asunto en Palencia?
R: En Palencia nuestra interlocución con las distintas administraciones puede decirse que es cordial y de mutuo respeto. Normalmente solemos llegar a acuerdos por ambas partes, siempre buscando el mayor consenso y beneficio para el sector agrario.
En ocasiones sí vemos una falta de recursos económicos de las diferentes administraciones para determinadas infraestructuras de interés común, como son la modernización de regadíos (Cuenca del Carrión) y el aumento de la capacidad de agua disponible para riego (las balsas de la Cueza).
P: Acabamos de ver a COAG Burgos denunciar también la desmedida instalación de plantas de energías verdes que laminan las tierras agrarias. ¿También en Palencia?
R: Sí, en Palencia empieza a ser preocupante la desmedida instalación de huertos solares. Desde COAG Palencia apostamos por las energías verdes pero no a cualquier precio ni en cualquier sitio. Asistimos con inquietud al proceso de transformación de un gran número de explotaciones agrarias a favor de grandes proyectos de instalación fotovoltaica, con la consiguiente pérdida de superficie de cultivo y actividad agraria apegada a la tierra, motivado en muchos casos por la promesa de un dinero fácil y sin muchos riesgos. Ante esta situación esto se debe regular de manera que no todo vale, estableciendo excepciones o Zonas de Especial Protección Agraria .
Desde COAG Palencia siempre apostaremos por el auto consumo de la propia explotación agraria.
P: Las últimas elecciones agrarias lograron renovar la representatividad de la Alianza UPA-COAG. ¿Cómo tiene previsto organizar las medidas tendentes a incrementar la afiliación en la provincia?
R: Desde COAG Palencia siempre hemos velado por los intereses de nuestros afiliados y afiliadas, ofreciendo servicios que ayuden a la gestión de nuestras explotaciones: cursos de formación, seguros agrarios, fiscalidad, jornadas formativas, incorporación de jóvenes y mujeres al sector,… Pero no somos una mera oficina de servicios, luchamos por los derechos y los intereses de los afiliados y afiliadas, reivindicamos a nuestro sector como pilar fundamental económico, social y medioambiental. Llevamos las reivindicaciones a las mesas de diálogo con las administraciones, no para asentir con la cabeza a lo que nos proponen y nos dicen qué tenemos que hacer, sino para poner sobre la mesa nuestras inquietudes y dificultades diarias a la hora de producir alimentos, porque eso es lo que hacemos.
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