Esta entrevista se encuentra en la Revista COAG Informa número 99
Valladolid, 10 de octubre de 2022.
Pregunta: Al final, tras la sequía y las olas de calor, ¿Cómo quedará la campaña vitivinícola de este año?
R: Las previsiones apuntan a una bajada de producción causada por esas circunstancias. Hay ya una cantidad importante de viñedo con implantación de riego que, lógicamente merece una evaluación aparte. En secano, ha sufrido mucho más lo plantado en terrenos fuertes o arcillosos que las vides que están en terrenos más ligeros. Años tan secos como este ponen de manifiesto el aguante que tiene la vid si está plantada en terrenos idóneos y se le han realizado las labores oportunas. Es increíble su comportamiento.
P: ¿Cómo se están comportando los precios de la uva?
R: La consecuencia lógica de una menor oferta suele ser un incremento de los precios. Parece que esa es la tendencia, pero da la sensación que no va a compensar el descenso de la producción ese incremento de precios. Es el caballo de batalla de siempre. Si se quiere y se apuesta por uvas de calidad, hay que compensar al viticultor esas producciones para que pueda seguir con su explotación de una forma rentable.
Hay muchas menciones a la uva de calidad, a la importancia de los viñedos, al esmero con el que se vendimian las uvas, pero luego, en demasiados casos, no se pagan las uvas a un precio que reporte unos beneficios al viticultor.
P: En esta campaña, ¿Habrá cierto equilibrio entre la calidad de la uva y su caída productiva? ¿Una cosa compensará a la otra?
R: Los datos que vamos conociendo apuntan a que sí, a que se producirá esa compensación. Se hace una vendimia a la carta de cada parcela. Se espera a que la uva esté en su estado óptimo para ser vendimiada, cosa que este año, al final, no se ha adelantado tanto como se preveía en un inicio. Si tenemos uvas más pequeñas por la falta de precipitaciones, pero que hayan conseguido una buena maduración, la calidad no se va a ver afectada.
P: Cuando se suceden estos comportamientos atmosféricos adversos, ¿se nota más las figuras de protección como las denominaciones de origen o las cooperativas?
R: Las cooperativas garantizan a sus socios la venta de sus uvas, en épocas de sequía y en las épocas de lluvias. Es una garantía muy importante y juegan un papel fundamental en la mayoría de las figuras de protección. Estas últimas, poco pueden hacer para que en estas circunstancias de bajada de producción, los precios compensen esa merma que van a tener los viticultores.
P: ¿Cómo ha acogido el sector las ayudas a la reestructuración del viñedo de la Junta? ¿Es importante ya esta medida?
R: Es una medida importante. Cierto que en cada zona hay unas circunstancias y unas limitaciones a la hora de plantar nuevos viñedos. Me estoy refiriendo en
este caso a las nuevas autorizaciones concedidas en los últimos años. Hay zonas que siguen solicitando autorizaciones porque pueden plantar más viñedo, pero no se las están concediendo. En unas y en otras circunstancias, son importantes y necesarias esas ayudas.
P: ¿Cómo se comportan el mercado exterior y la exportación tras la pandemia, la guerra, la inflación, etcétera?
R: A pesar de todas esas circunstancias, España lidera el crecimiento global de las exportaciones en volumen con 2.342,7 millones de litros, por delante de Italia y Francia con 2.188 y 1.466 millones de litros respectivamente, según datos de OEMV (Observatorio Español del Mercado del Vino).
Sigue incrementándose el empeño de las bodegas por abrir nuevos mercados fuera de nuestras fronteras e incrementar las ventas en los que ya tienen presencia nuestros vinos.
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