COAG informa a la Comisión Europea de los perjuicios del lobo en Castilla y León y de la escalada de los ataques tras su sobreprotección

lobo ibérico

Los ganaderos afectados por el cánido dicen que “no podemos convivir como lo estamos haciendo ahora. Psicológicamente te hunde y económicamente te agota”.

COAG CASTILLA Y LEÓN ha enviado un informe a la Comisión Europea que constata el incremento de manadas, de ataques y de ganado muerto: entre 2019 y el primer semestre de 2023 en Castilla y León hubo 12.556 ataques en los que el lobo mató a 19.810 animales

Entre 2015 y septiembre de 2021, las indemnizaciones por daños han supuesto algo más de 7 millones de euros. La Consejería de Medio Ambiente pagó en 2022 dos millones y prevé rozar en este año los cuatro millones

COAG pide un plan de gestión que incluya el control de la población de lobos mediante la caza controlada y el abatimiento de ejemplares a cargo de agentes autorizados


Valladolid, 25 de septiembre de 2023.-
COAG CASTILLA Y LEÓN envió el pasado viernes a la Comisión Europea un Informe sobre la situación del lobo en Castilla y León, poniendo el acento sobre los negativos efectos para la ganadería de la sobreprotección del depredador.

Recordemos que, a principios de septiembre, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, manifestó públicamente la necesidad de reflexionar sobre el nivel de protección actual del lobo en la UE, argumentando que “la concentración de manadas de lobos en algunas regiones europeas se ha convertido en un verdadero peligro para el ganado y potencialmente también para los seres humanos”. E instó a las autoridades locales y nacionales a tomar medidas cuando fuera necesario. Así mismo, hizo pública la apertura de un nuevo periodo para que todos los colectivos que se considerasen afectados por esta problemática hiciesen llegar a la Comisión sus informes y propuestas al respecto. Este periodo finalizó el pasado viernes 22.

A modo de resumen, destacamos los siguientes datos extraídos del Informe elaborado por COAG-Castilla y León:

 El seguimiento de la especie ha permitido determinar de forma preliminar que, al menos, hay 214 manadas de lobos en Castilla y León.

 Según la estimación media de ejemplares de lobo integrantes de una manada, de acuerdo a la metodología técnica-científica utilizada en la elaboración del último censo, la población de lobos se situaría en unos 1.712-1.926 ejemplares en Castilla y León.

 El área de distribución del lobo creció en el periodo inter-censos de 2000/2001 y 2012/2013, en 12.314 kilómetros cuadrados. Con información hasta 2020, se puede afirmar que el área de distribución se mantiene, como mínimo, en el entorno de los 78.494 km2.

 El número de ataques al ganado en Castilla y León se han incrementado en 377 en el año 2022 con respecto de los producidos en 2021, pasando de 2.657 a 3.034, lo que supone un incremento porcentual del 20 %. Por su parte, durante el primer semestre de 2023 se han registrado 1.717 ataques, lo que comparado con el mismo periodo del año 2021 supone un 29 % de incremento, y un 13 % respecto del primer semestre de 2022.

 Entre los años 2019 y el primer semestre de 2023 en Castilla y León, se han producido un total de 12.556 ataques.

 El número de cabezas muertas por ataques de lobo al ganado producidas entre los años 2019 y el primer semestre de 2023 en Castilla y León, suman un total de 19.810.

 Entre el año 2015 y septiembre de 2021, las indemnizaciones por daños a ganado han supuesto algo más de 7 millones de euros, repartidos entre más de 12.000 beneficiarios En ese periodo fueron en total 14.870 las solicitudes de ayuda o de pago compensatorio (fueron rechazadas 2.826 solicitudes, el 20 por ciento) por daños presentadas por ganaderos de Castilla y León, frente a los 15.874 ataques contabilizados.

 La Consejería de Medio Ambiente pagó en 2022 dos millones y prevé rozar en este año 2023 los cuatro millones de euros en indemnizaciones por daños causados por el lobo en explotaciones ganaderas de Castilla y León.

EFECTOS PSICOLÓGICOS Y PÉRDIDAS ECONÓMICAS

Efectos psicológicos y pérdidas económicas son el peaje que pagan los ganaderos afectados por los ataques de lobos. Lo expresan muy claramente: “no podemos convivir como lo estamos haciendo ahora. Psicológicamente te hunde y te agota económicamente”.

Los ganaderos nunca hemos pretendido la erradicación del lobo; más bien al contrario, somos partidarios de una convivencia entre lobo y ganadería, pero sin que seamos los únicos que paguemos la factura del mantenimiento del depredador. Ya hemos visto que las ayudas públicas cubren una parte de las pérdidas directas, nunca el total; y nada de las pérdidas indirectas que se producen en la explotación después de un ataque: estrés de los animales supervivientes, pérdida de peso y de producción de leche, abortos, etc.

Apostamos por la convivencia, pero con planes de gestión que pasan, entre otras, por la caza controlada de la especie. Y no solo nos referimos a la caza deportiva, sino, según los casos, también mediante el abatimiento de ejemplares a cargo de agentes autorizados por la administración competente.

Para COAG-CyL es el momento de realizar una profunda reflexión sobre el efecto de una medida proteccionista tomada sin atender a razones objetivas sobre la situación real de la especie, que está en expansión y no en peligro, y sin escuchar a las zonas y sectores más afectados. El Ministerio para la Transición Ecológica debe reconocer que la posición de la UE manifestada por su presidenta cuestiona claramente la decisión de aumentar la protección del cánido, por lo que tiene ahora una magnífica oportunidad para rectificar.

Por ello, le hemos pedido al Ministerio la derogación de la Orden TED/980/2021, de 20 de septiembre, y que se abra un proceso de diálogo con Comunidades Autónomas loberas y organizaciones ganaderas para consensuar una estrategia nacional de compatibilización de las poblaciones de lobo y el mantenimiento y desarrollo de la ganadería extensiva, que es una pieza fundamental tanto para la pervivencia de las zonas rurales como para la preservación de los valores naturales, paisajísticos, gastronómicos y culturales de las mismas.