ASIER SAIZ ROJO. DECANO DEL COLEGIO DE INGENIEROS DE MONTES DE CASTILLA Y LEÓN

asier recorte

«La despoblación hace que los incendios sean más numerosos y más intensos»

 

 TEXTO: JOSÉ CARLOS BLANCO. FOTOS: JOSÉ CARLOS CASTILLO

Asier Saiz Rojo es un hombre amable, con ademanes educados y con una dicción correcta a la hora de hablar. No es alarmista, pero como un pesimista es un optimista bien informado, de su boca salen palabras apocalípticas; o dantescas, porque parece que estuviera definiendo el infierno cuando habla del fuego.  Por ejemplo, dice que ya hay incendios, (algunos se han producido este verano)  que están fuera de la capacidad de extinción. Y remata: “los incendios han cambiado.  Va a haber muchos prácticamente imposibles de extinguir.  ¿Vamos a tener los medios suficientes? No los habrá nunca. Son incendios fuera de la capacidad de extinción”.  Hay esperanza. Y no es solo la prevención: igual de importante es la educación. Todo incendio es más un suicido del  ser humano que una agresión al bosque. El bosque se recupera.

 

 

Pregunta: ¿Por qué siempre arde el oeste? 

Respuesta: Pues es una buena pregunta. Al noroeste de España le afectan muchos aspectos culturales. El fuego siempre se ha utilizado para la gestión del territorio. Los ganaderos y los agricultores siempre han utilizado el fuego controlado en sus labores. Afectan también las masas forestales que hay en ese tipo de territorios. Hablo de León, de Zamora, de  Salamanca, zonas donde se dan masas forestales muy cerradas, y donde hay una continuidad de combustible enorme. También son zonas donde hay poca población rural y eso sí que es otro aspecto, aunque no el único, que condiciona el territorio. No sé, no tengo las estadísticas exactas, pero sí que existen zonas con una mayor preponderancia de incendios. Por ejemplo, el Valle del Tiétar en Ávila es una zona de incendios recurrentes. En estas zonas se dan todos esos factores, podemos decir que consiste en un impacto sinérgico de varios factores.

P: ¿Cree que los fuegos guardan relación con el abandono de la España despoblada?

R: Sí, no es el único factor, pero es un factor que sumado a otros favorece tanto el número de incendios como su intensidad. En las últimas décadas se ha producido un cambio en la actividad de las poblaciones rurales y eso afecta muchísimo a la gestión del territorio. La pérdida de aprovechamientos tradicionales como la ganadería extensiva, como los aprovechamientos agrícolas, el aprovechamiento de leñas, por ejemplo, que en los pueblos antes se hacía, ahora todo eso no se hace y supone que los incendios que puede haber en esos territorios sean más peligrosos y más intensos.

     En Castilla y León, a grandes rasgos, teníamos un plan de extinción de incendios más o menos dimensionado para tener un incendio grande por provincia, pero cuando hay varios incendios los equipos no dan a basto

 

P: Arde el bosque entre otros motivos porque la maleza deviene en combustible. ¿La acumulación de broza es responsabilidad de un planteamiento ecologista que procura la biodiversidad o es responsabilidad de las administraciones que no limpian el monte?

R: Esa también es una pregunta compleja. Veo que viene usted muy preparado. La primera razón creo que es el abandono del medio rural: la falta de explotación de leñas, por ejemplo. Fíjese, hay explotaciones menos conocidas como por ejemplo la resinación, la ganadería extensiva por supuesto, el carboneo, que favorecía ese control del sotobosque, todo eso son pequeñas actuaciones que al desaparecer han incrementado el riesgo de incendio. Y su peligrosidad, porque ahora quizás haya el mismo número de incendios, pero antes había conatos de incendios que se apagaban rápidamente por vecinos, por el resinero, por el que estaba aprovechando el monte, esa primera respuesta rápida se ha perdido. Ahora en los pueblos hay menos gente y es gente mayor,  que tiene menos actividad. La apicultura también es otro ejemplo de aprovechamientos y prevenciones. Hay aprovechamientos maderables y no maderables que se han perdido, a pesar de que evitaban la continuidad de combustible. O sea, si hay fuego, arde la hierba y el fuego no llega a las copas de los árboles. Era mucho más fácil extinguirlo. Ahora encima de esa hierba hay un arbusto y hay una continuidad combustible vertical completa. Eso hace que el conato de incendio que antiguamente se apagaba rápidamente ahora no sea tan fácil de apagar y en pocos minutos se haya convertido en un incendio muy peligroso. Las administraciones tienen la responsabilidad de controlar ese combustible sobre todo en las áreas cortafuegos,  que haya zonas donde los incendios se puedan controlar. Y sí que hay, lo reconozco, una tendencia ecologista y quizás urbanita, a veces, con desconocimiento del medio rural y agrícola y ganadero y forestal, que  no conoce cómo funciona ese medio y que tienen menos conexión con el medio rural. Son muy sensibles a mensajes de no actuación. De no desbrozar, de no hacer nada, y eso genera en la sociedad un ruido, vamos a llamarlo así, que tampoco ha ayudado en la prevención de incendios forestales. Pero claro, los incendios  forestales son responsabilidad de muchos agentes.

P: ¿Por qué se descartan ahora los cortafuegos? ¿Con cortafuegos los incendios de este verano hubieran sido menos violentos?

R: Es importante el mantenimiento de lo que llamamos medidas preventivas. Pueden ser cortafuegos que son líneas en las que no hay vegetación y hay que mantenerlos para que no haya vegetación; o áreas cortafuegos, que son espacios con menor densidad de vegetación, por ejemplo, hay árboles pero no hay arbustos, y luego simplemente caminos de acceso a los montes que tienen que estar en buen estado para que los medios de extinción entren rápidamente al bosque. La falta de mantenimiento de esas medidas preventivas favorece la gravedad de los incendios.

P: Las personas que viven en el medio rural se quejan de que se les prohíbe limpiar el monte. Hay noticias de que tal prohibición es un bulo. ¿Cuál es la verdad sobre este asunto?

R: No es prohibición como tal, lo que pasa es que hay mucha burocracia y hay muchas dificultades. Eso nos pasa para todo:  hay demasiada burocracia para cualquier cosa. Trasladado a un monte, supone que una persona de 60 años tenga que hacer un documento con firma digital para solicitar la corta de arbolado.

P: Eso casi equivale a prohibir.

R: Eso casi equivale a prohibir en lo práctico,  es una barrera. O tienen que presentar una memoria técnica firmada por un ingeniero competente para solicitar las cosas. No hay prohibición como tal pero hay barreras que dificultan mucho esa gestión. No quiero  hablar de prohibición pero sí de condicionantes o de barreras y de trámites que dificultan los procesos. Además, este año se han quemado zonas protegidas: Las Médulas, la montaña palentina,  y claro ahí sí que hay más limitantes, pero de forma general creo que no hay que hablar de prohibiciones pero sí de limitantes o de  condicionantes administrativos.

     Hay incendios que se han producido este año que están fuera de la capacidad de extinción. Solo se puede trabajar en la prevención.

 

P: ¿Cómo valora la labor desarrollada por el gobierno regional en la extinción de los incendios de este verano?

R: Mejorable pero complicada y matizo. La estrategia de extinción de incendios es mejorable; son mejorables las cuadrillas, los medios de extinción y todo lo que se invierta en eso es positivo,  pero llega un momento en que la extinción ya no resuelve el problema. Hay incendios que se han producido este año que están fuera de la capacidad de extinción. Solo se puede trabajar en la prevención. Hay situaciones que requieren quemar una parte del monte, o sea, hay una barrera tan amplia de kilómetros que tienes que abandonar el incendio y salvar lo que está en medio.

P: A veces, por ejemplo, un helicóptero o un avión echan agua que se evapora antes de que llegue al fuego.

R: Claro. Se busca ahí ralentizar y ganar tiempo para tomar otras medidas, o para esperar a que cambie el viento o para que llegue la noche, cuando los incendios aflojan. Es muy complicado. El trabajo de la Junta de Castilla y León con la extinción de incendios pudo haber sido mejorable pero también es muy complicado, porque se requieren  muchísimos medios económicos. A veces se nos olvida que cuántos más medios requieras, la inversión es mucho mayor.  Y en la administración pública lo tienes que quitar de otro sitio. Yo creo que lo que hay que hacer es aumentar la inversión en prevención.

P: La ley permite actuar al Gobierno nacional en los desastres cuando son pluricomunitarios como ha sido el caso de los incendios. ¿Considera que el Gobierno nacional debió declarar la emergencia nacional en este caso? ¿Cree que esa declaración de  emergencia de interés nacional hubiera salvado más hectáreas del fuego, se hubiera ganado en eficacia?

R: No estoy seguro de si hubiera sido más eficaz, esa es la respuesta que puedo dar. Lo que sí hemos echado muy en falta los técnicos ha sido la coordinación entre administraciones. Hemos obtenido un mensaje muy claro: falta coordinación en España entre provincias, comunidades autónomas y el Gobierno central. Hablándote como técnico, creo que no hubiera mejorado el resultado. Que el Gobierno central debiera o no haber intervenido,  no me atrevo a decirlo, pertenece al ámbito de la política.

 
   Lo que sí hemos echado muy en falta los técnicos ha sido la coordinación entre administraciones. Hemos obtenido un mensaje muy claro: falta coordinación en España entre provincias, comunidades autónomas y el Gobierno central.

 

P: ¿Cree que el plan que diseña el Gobierno de Castilla y León para el nuevo diseño de un modelo de gestión del bosque es el adecuado?

R: Queremos verlo cuando esté completamente elaborado. La tendencia para nosotros tiene que ir por fomentar la gestión forestal sostenible, y creemos que tiene que apostarse por la prevención. En Castilla y León, a grandes rasgos, teníamos un plan de extinción de incendios más o menos dimensionado para tener un incendio grande por provincia, pero cuando hay varios incendios los equipos no dan a basto.  Y sabes también qué hemos aprendido: la aportación de la ayuda exterior. El otro día un compañero  me decía que vinieron 200 bomberos de forestales de Francia y dices tú: qué bien un recurso más. Pues resulta que es muy difícil coordinar ese recurso en un momento de emergencia como ese. Entonces creemos que lo que haga Castilla y León tiene que ir por ahí: mayor gestión forestal, mayor prevención y mejora de la coordinación de los medios.

P:¿Qué medidas más importantes cree que debe tomar el Gobierno de Castilla y León para el nuevo diseño de la gestión del monte que preparan en estos momentos? 

R: Una pauta muy clara es invertir más en gestión forestal; otra pauta es agilizar trámites para favorecer la inversión pública y privada en el medio forestal. La inversión privada también es un recurso que hay que aprovechar. Hay empresas que pueden invertir en ese monte y hay que darles facilidades. Otra pauta: apostar por el medio rural. Favorecer que haya población en el medio rural me parece importantísimo. Y antes decías una cosa muy interesante que es crear ese mosaico de territorio con distintos usos: ahí tiene que haber políticas de ayudas. Pero hay que generar ese mosaico de aprovechamiento de los territorios que haga posible que nuestro territorio sea menos frágil. Por ejemplo, hay un riesgo enorme en nuestras poblaciones que antes no ocurría; antes no sé quemaban los pueblos porque estaban perimetrados.

P: Se refiere a la perimetración de los pueblos que no se ha hecho, aunque es obligatoria por ley. Tenía la pregunta preparada para luego pero se la hago ahora.

R:  Ese impacto se ha visto este año. Antiguamente existía lo que llamamos la interfaz forestal urbana, ese impacto de transición entre el monte y los pueblos tenían unos usos tradicionales donde estaba la era del pueblo, los  viñedos, los arroyos,  zonas de frutales, zonas de pastoreo, de gallinas y todo eso era una protección de los incendios forestales del pueblo y todo eso se ha perdido. El monte ahora llega hasta las casas y rodea las casas y se han perdido un área de prevención de incendios forestales que había de forma natural. Eso se va a retomar ahora. Esta mañana he tenido un montón de llamadas al respecto por parte de ayuntamientos de distintas provincias. Hay que hacer un plan técnico preventivo de medidas pero hay dos dificultades: una es la financiación, quién paga eso y otra es la propiedad privada. Ahí  hay parcelas públicas y privadas. Tendrías que exigir al propietario que tomase esas medidas o decirle: autorízame para hacerlas yo. No es nada fácil. Creo que también llevamos retraso en esa política. Un estudio preventivo  debería marcar las condiciones de esa interfaz: nosotros estamos haciendo ahora una serie de trabajos y estamos barajando entre 100 y 400 m de perímetro.

 

     Va a haber muchos incendios prácticamente imposibles de extinguir. ¿Vamos a tener los medios suficientes? No los habrá nunca. Son incendios fuera de la capacidad de extinción

 

P: El papel de la ganadería extensiva en la prevención de incendios ¿considera que puede ser una solución efectiva o es más una acción tan simbólica como bucólica que hay que apoyar sin ambages, pero con esperanza contenida?

R: Es una actividad complementaria muy buena pero es complementaria. No vamos a resolver el problema de los incendios con pastores y ganaderos, que sería maravilloso, porque además hay otra dificultad,  no sé cuántos quieren ser pastores hoy en día. Es una medida complementaria, pero sí que ayuda. Por ejemplo se han hecho alguna experiencia en el geoparque de las Loras en Burgos metiendo ganado caprino que es capaz de comer ese sotobosque. Sacas un aprovechamiento económico y además te previene incendios y puedes meter también ganado equino y generas ahí una bioeconomía súper interesante.

P: El cambio climático anuncia una nueva tipología de incendios. ¿Tenemos hoy suficientes medios, conocimientos e ideas para afrontarlo tanto en su fase preventiva como en la extinción?

R: El cambio climático lo que ha hecho ha sido aumentar el riesgo y la peligrosidad. Tenemos que adaptar nuestra estrategia a esos nuevos incendios. Cuando venga un incendio grande más allá de utilizar los aviones o los medios tradicionales para ganar tiempo tenemos que hacer una estrategia diferente de ataque. Conocimiento hay y medios no los va a haber en muchos casos.

P: Considera que la labor de los profesionales en materia de incendios suele estar valorada por las diferentes administraciones.

R: Muchas veces no está valorada por la sociedad. Muchas veces la sociedad no entiende la importancia de nuestra actividad o la fragilidad que tenemos en el medio rural y forestal. La nueva idea urbanita del  medio rural y del sector forestal es parecida a ir a un museo y ver los cuadros: no intervenir, hacer la foto y subirla al Instagram. Eso está favoreciendo  una desconexión completa con el medio. En cuanto a las administraciones, pues hay de todo, pero hay técnicos nuestros dentro de las administraciones que sin duda necesitan más recursos económicos. La sociedad tiene unos interlocutores que se llaman políticos que a veces tampoco lo entienden. Las plantillas son insuficientes. Hacen falta más ingenieros y más técnicos forestales.