Pregunta: Tras la sucesión histórica de protestas agrarias de los últimos meses, ¿qué queda? ¿ha cambiado algo? ¿qué balance puede hacerse?
Respuesta: Hemos pasado por la etapa de protestas en el campo, no sólo atípica, sino también, la más larga y difícil de gestionar de la historia sindical agraria, no sólo en España, también en toda la UE. La aplicación de la PAC, las elecciones Europeas y también el pésimo año 2023, con la sequía, la EHE, la escasez de agua para riegos, etc. Todo junto sólo necesitó una pequeña chispa que encendiera la mecha para salir a la calle y transmitir todo el enfado y cabreo acumulado que había en el campo. Me quedaría con lo positivo. Es decir, lo conseguido en lo referente a la PAC: flexibilidad y simplificación en las BCAM y eco-regímenes, cuaderno digital, etc; que sin duda significa un alivio muy importante para la aplicación de esta PAC en nuestras explotaciones.
Rotación de cultivos, laboreo después de la recolección en verano, esparcir estiércol y purines sin las limitaciones que esos imponía, etc, facilitará sin duda nuestro trabajo.
Ahora bien, esto que se ha conseguido para toda la UE, no deja de ser un avance importante, pero aún quedan muchas cosas por solucionar. Necesitamos precios justos y delimitar la competencia desleal de las importaciones de terceros países que gracias a los acuerdos comerciales ponen en serio peligro de viabilidad económica nuestras explotaciones.
Por tanto, queda mucho camino por recorrer y seguro que el más difícil: los mercados y los precios.
Desde COAG hemos trabajado, no sólo ahora, sino desde siempre, en este sentido, en defensa de la explotación familiar y en la mejora de la vida y el trabajo de agricultores y ganaderos.
Nuestra aportación como COAG al trabajo en las mesas del Ministerio de Agricultura junto a las otras opas, ha sido fundamental y esencial. Pero el documento que presentó el Ministerio, nos pareció que no contemplaba medidas concretas y suficientes respecto a los mercados y los precios justos, ley de cadena, etc. Y por eso COAG no firmó el acuerdo. Nos pareció más lógico no firmar y seguir presionando.
P:¿Cómo valora la respuesta que han tenido las diferentes administraciones a las demandas de los agricultores? ¿Considera factible que los problemas del campo puedan algún día considerase una cuestión de Estado para que las soluciones sean multiministeriales?
R: Teníamos muy claro que todas las administraciones tenían su parte de competencia y responsabilidad en la adopción de medidas para cambiar las cosas, CC.AA, Ministerio de Agricultura y también la UE. A distinta escala, pero sin duda todas debían adoptar medidas para, de forma coordinada. alcanzar acuerdos. Para esto era necesario apartar cuestiones políticas para no entorpecer ni paralizar los avances.
En mi opinión el proceso electoral en la UE, además de agilizar los trabajos en la negociación, también motivó que las tres administraciones se comprometieran. Algo que debería de ocurrir también cuando no hay elecciones.
Precisamente desde COAG hemos insistido en la negociación, que se consideren estos problemas del campo como una cuestión de Estado. Para que así no sólo el Ministerio de Agricultura se siente a negociar, si no que también los de Economía, Hacienda, Trabajo y Seguridad Social y MITECO.
Ya que los problemas del sector afectan a todos ellos. Fiscalidad, financiación, PHN, prohibición de la caza del lobo, ley de la cadena, etc. No se ha querido dar la importancia que nuestro sector tiene y por lo tanto no lo han considerado una cuestión de Estado.
Puedo entender el esfuerzo por mejorar las relaciones del Estado con Cataluña, pero no comprendo por qué no se han esforzado para solucionar los problemas del campo de todo el país.
P: ¿Qué opinión le merece el hecho de que el partido en el Gobierno haya premiado a la ministra del MITECO, Teresa Ribera, con la cabeza de lista de las elecciones europeas, cuando es uno de los personajes más cuestionados por el sector agropecuario? ¿Qué mensaje envía con esta medida el partido de Gobierno a los agricultores y a los ganaderos de españoles?
R: En mi opinión, con todo el respeto al partido del Gobierno, ha sido un error poner en la lista a las Elecciones Europeas a la ministra Teresa Ribera. No sólo porque sea muy cuestionada en el sector agrario y ganadero, también porque como ministra no ha tenido ningún tipo de interlocución con las OPAS. Algo muy grave, ya que el MITECO tiene muchas competencias que nos afectan. Quizás esa falta de talante, de diálogo, y su radicalidad ecologista y animalista, no la sitúan como un buen atractivo para el sector agrario. Desde luego y con los resultados de las elecciones, se demuestra que la ministra no ha sumado. Al contrario, ha restado votos al PSOE. Supongo que todo esto lo habían valorado bien en su partido, pero estoy seguro que otro candidato más equilibrado y mejor talante, hubiese tenido mejores resultados.
P: Recientemente se ha intensificado el debate sobre la ganadería con el Foro Ganadero de Toledo. Como ganadero, ¿qué tiene que decir de los problemas de la ganadería: cierre de granjas, EHE, acuerdos de libre comercio, etcétera?
R: Ese debate debería de haberse celebrado ya el año pasado. No sólo por los problemas sanitarios, sino también para reflexionar sobre qué tipo de ganadería y qué modelo de producción y ganaderos queremos para el futuro. Fue un buen foro de debate, pero exclusivo de ganadería extensiva. Nosotros pedimos otro foro de todos los tipos de ganadería que tenemos. Para confrontar la situación que tenemos, los problemas, el futuro de nuestras explotaciones, mercados, problemas sanitarios, medioambientales, de bienestar animal. Y aunque las conclusiones sean un avance, la ganadería en España no sólo es extensiva, también la ganadería estabulada merecía un análisis profundo. Lamentablemente seguimos en ganadería extensiva perdiendo explotaciones y a la vez aumenta el número de cabezas, debido a los cebaderos de terneros en manos de integradoras. Se abandonan puestos por falta de ganaderos, ataques de lobo, contagio de enfermedades por la fauna salvaje. Pero sobre todo porque no se compensa económicamente a los ganaderos y a las ganaderas su trabajo y sus riesgos con la fauna.
P: La regulación de los mercados es una de las reivindicaciones más insistentes del sector. ¿Por qué no se organiza definitiva y eficazmente este asunto? ¿No hay voluntad, no hay capacidad, ¿hay otros intereses espurios? ¿qué pasa realmente?
R:Es quizás el caballo de batalla con el que más hemos luchado desde COAG. Sin duda porque es la clave para la solución de muchos de los problemas que hemos tenido y tenemos en el campo. La liberalización de las economías y por tanto el libre tránsito de mercancías sin aranceles, como defienden los acuerdos comerciales que la UE firma en la OMC, nos está llevando, con la competencia desleal, a la desaparición de miles de explotaciones familiares en Europa, incapaces de competir con grandes corporaciones y terratenientes del otro lado del mundo que no cumplen las estrictas normas, ni medioambientales ni de bienestar animal, que en la UE estamos obligados a cumplir.
Es evidente que hay que cambiar las reglas de juego de la OMC. Ya que el mundo cambia y rápidamente, lo que se decidió hace veinte años en comercio internacional es evidente que ahora no sirve.
China supera a USA como potencia económica, la situación actual con Rusia y Europa por la guerra en Ucrania, el Brexit, el conflicto de Palestina e Israel y Oriente Medio, así como la India como país ya más poblado del mundo.
No creo que sea un problema de voluntad o capacidad. En mi opinión, las grandes corporaciones, que son las grandes beneficiadas de la desregulación de mercados, superan económicamente en facturación a muchos países en su PIB. Por lo tanto, su influencia económica es tan grande que supera la presión política que estos países puedan ejercer. Sólo si hay unanimidad política en toda la UE se podrá revisar esos acuerdos y aplicar en los nuevos regulaciones que defiendan la soberanía alimentaria europea y también la preferencia comunitaria.
P:Un estudio francés concluye que en el campo se trabaja más que en otras profesiones, que es el sector que más trabaja en horarios atípicos, que los agricultores trabajan más de 54 horas de media a la semana, 14 horas más que el ocupado medio. Esto unido a las grandes inversiones y a la escasez de tierras ¿explicarían la ausencia de relevo? ¿Tiene el campo que dar un giro vertiginoso para que haya relevo generacional?
R: Aunque desconocía este estudio sí que puedo asegurar que no va desencaminado. En el campo no sólo se trabaja más horas, sino que además en condiciones extremas. Ni el campo ni la ganadería entiende de festivos y siempre tenemos que conjugar con el tiempo meteorológico tratamientos, siembras, etcétera, que si no se hacen a tiempo no se consiguen los mismos resultados. Y esto lo entienden perfectamente todas ñas personas del campo. Un viernes por la tarde nadie para el tractor si está sembrando para seguir el lunes si no ha terminado. También es cierto que se ha evolucionado mucho técnicamente: maquinaria más moderna 4.0, autoguiados, robots de ordeño en vacuno, etc. En definitiva, hacer el trabajo más llevadero y fácil. Pero se necesita una gran inversión que a veces es imposible amortizar. La adquisición de tierras es cada vez más difícil por lo que se eleva el precio, tanto para comprar como para alquilar, para el joven que se quiera incorporar. Luego es también, además de un problema económico para los jóvenes, una cuestión de espacio. Las incorporaciones tienen que hacerse con garantía y no sólo para cinco años.
P:Usted ha mencionado que el Banco de Tierras podría ser una solución al aludido problema generacional. ¿Qué cuestiones impiden que se lleve a efecto?
R: Un banco de tierras sólo funcionaría si las administraciones lo ponen en marcha y apuestan por él. Todas esas explotaciones sin relevo pueden formar, con la garantía de la administración, un amplio espacio de terrenos para que los jóvenes puedan acceder a ellas, y en condiciones económicas viables, que les permitan salir adelante. Las ayudas a la sucesión de explotación de la Junta de Castilla y León pueden ser un primer paso, que de momento en su primer año está yendo bien.
P:COAG CASTILLA Y LEÓN ha celebrado hace poco una jornada sobre mujeres rurales con gran reflejo mediático y gran aceptación entre la afiliación. ¿Qué medidas considera más urgentes para que las mujeres rurales logren reconocimiento, igualdad, mejor trato económico en las subvenciones comunitarias y demás cuestiones que reivindican continuamente?
R: La jornada de mujeres rurales fue un gran éxito de participación, pero también por los debates y temas a tratar. Así lo vivimos los que estuvimos presencialmente. Más de ciento veinte personas de todas las provincias de Castilla y León, además de contar con la presencia de la ministra de Igualdad y la consejera de Familia. También fue un éxito por la visualización a través de internet.
Respecto a las medidas para lograr un reconocimiento y la igualdad, deberían ser transversales y coordinadas en todas las administraciones, desde ayuntamientos, CC. AA y Gobierno central. Además, la comunidad educativa se debería implicar desde los colegios de primaria hasta la universidad. Sin una educación y un respeto hacia las mujeres, difícilmente conseguiremos la igualdad y un mejor trato. No sólo en lo económico sino también como personas.
El feminismo no necesita posturas radicales para defenderlo. Al contrario, el radicalismo le hace tanto daño o más que el machismo. Yo siempre he dicho que es un problema de educación y eso empieza en la familia.
P: Por último, ¿qué balance puede hacer de sus casi tres años al frente de COAG Castilla y León?
R: Asumí la responsabilidad de COAG regional sabiendo que no sería un camino de rosas. Consciente de ello, he hecho todo este tiempo atrás lo mejor que he podido, mi trabajo al frente de COAG. En dos años y medio hemos tenido elecciones agrarias con un buen resultado, fruto de una gran campaña y mucho trabajo por parte de todos los compañeros y los trabajadores de COAG. Además del día a día con multitud de reuniones, jornadas, medios de comunicación y muchos kilómetros de viajar por toda Castilla y León. Eso sí, restando tiempo de mi explotación y de mi vida personal. Algo que es difícil de compensar, pues es tiempo lo que necesitaría y no hay para todo. En todo caso, siempre en COAG todos mis compañeros al igual que yo, nadie está liberado ni cobra sueldo. Lo hacemos porque vivimos con pasión la organización y la defendemos en estos momentos que nos toca. El futuro será de otras generaciones que estoy convencido que lo seguirán haciendo con la misma responsabilidad que lo hemos hecho en estos cincuenta años de historia de COAG. Por lo tanto, mi compromiso es seguir, si mis compañeros así lo estiman y trabajan, como dije al principio de la entrevista, para mejorar la vida y el trabajo de los agricultores y ganaderos del medio rural.