El pasado domingo, día 9 de junio, cuando escuchaba los resultados de las elecciones europeas, me quedé sorprendido por varias cosas. La primera, la poca participación; que no llegó al cincuenta por ciento del censo. Eso demuestra el poco interés por la elección de un parlamento que decide con sus leyes la inmensa mayoría de los pasos que damos a diario como personas, y como empresas, de un país que es miembro de la UE. Sus reglamentos y directivas son para los 27 de obligado cumplimiento. En Economía, Justicia, Medioambiente, Fiscalidad, etc. Y por supuesto, en Política Agraria.
Supongo que no es sólo un problema de España, también de los demás países. Habrá que intentar desde ese parlamento motivar a los ciudadanos europeos para que voten, de lo contrario, seguirá pasando lo que, hasta ahora, que otros deciden por los que no van a votar. Y esta responsabilidad es de los Eurodiputados. Debe haber más cercanía con los votantes, pero no sólo cada cinco años, también durante los cinco años de su elección. Si además durante la campaña, en lugar de debatir sobre la UE, sus políticas y sus propuestas para mejorar se dedican, como algunos han hecho, a debates internos y acusaciones personales, la gente se cansa y se desmotiva. No me extraña.
La segunda cuestión que me llamó la atención fueron los resultados. El equilibrio del parlamento se declina hacia la derecha, pero también de los setecientos veinte escaños sigue habiendo mayoría parlamentaria suficiente para gobernar con la suma del Partido Popular Europeo, socialdemócratas y liberales. Por lo tanto, no veo ningún peligro ni conflicto para nombrar ni comisarios, ni el presidente o la presidenta de la Comisión.
Eso sí, las cosas han cambiado políticamente en todos los países respecto a hace cinco años y eso se va tener en cuenta también en la UE.
En política agraria, habrá que comenzar cuanto antes a diseñar la nueva PAC para el 2027. Y ahora sí: se tendrá que hacer escuchando al sector agrario y consensuando con él su confección. Todo lo contario a lo que se hizo con la PAC actual. Esperemos que no vuelvan a cometer el mismo error. Mejorar el Medio Ambiente, luchar contra el cambio climático y mejorar la calidad de los suelos, debe de hacerse de forma equilibrada y sostenible para no perjudicar la viabilidad económica de las explotaciones familiares. Sólo así se podrá sacar adelante la nueva PAC, que además, deberá contar con más presupuesto para poder así ser competitivos en el mercado global y, también defender nuestra soberanía alimentaria.
Y la tercera cuestión que me sorprendió fue el resultado de Se Acabó La Fiesta (SALF) con tres eurodiputados. He de reconocer que ni lo conocía ni lo había escuchado jamás. Ni falta que me hace. Creo que esos ochocientos mil votos sólo sirven para que éste tipo consiga el aforamiento, por tanto la inmunidad. Un buen sueldo de siete mil euros al mes y cinco años por delante para vivir a cuerpo de rey.
Una vergüenza que alguien sin propuestas, ni proyecto, ni programa sea elegido para algo tan serio. Alguien debería evaluar su trabajo durante éstos cinco próximos años, sus intervenciones parlamentarias etc. Y en función de eso, se le pague por su trabajo. Por eso digo que ahora si que empieza la fiesta.
